Tuesday, 21 de May de 2024

Nota Roja

La familia de Paulina Camargo me secuestró, dice Chema Sosa desde la cárcel

- Foto: Especial

En entrevista con CENTRAL, el joven de 20 años acusado del asesinato de Paulina Camargo dice que es inocente, insiste en que fue torturado y amenazado para culparse por el crimen y que, además, la familia de la joven ingresó a su departamento para registrarlo antes que las autoridades 

Por Edmundo Velázquez / @mundovelazquez / / Puebla, Puebla

José María Sosa Álvarez, preso desde hace más de cinco meses por el supuesto homicidio de Paulina Camargo, acusó que el tío de la joven, Víctor Camargo, y su familia lo tuvieron secuestrado la noche del 25 de agosto cuando desapareció Paulina, catearon su departamento sin supervisión de la Policía y lo llevaron ante la Fiscalía del Estado para entregarlo como el principal sospechoso del asesinato.

En entrevista con CENTRAL desde el penal de San Miguel, el joven de 20 años insiste una y otra vez en su inocencia, confía en salir pronto de la cárcel y en rehacer su vida, aunque confiesa que tiene  miedo de ser juzgado por la sociedad por un crimen que “no cometí”.

Sin titubear y tímidamente, José María Sosa narra que el 25 de agosto acompañó a Paulina Camargo a una consulta con el médico y después la subió a un taxi, asegura que los videos en los que supuestamente aparece con la joven tomando el transporte ese mismo día, fueron fabricados y por eso está encarcelado: “¡Yo no miento!”.

A las 20:00 horas de ese día, explica que la mamá de Paulina lo llamó preocupada porque su hija no había llegado a la casa, le pidieron ir con ellos para hacer el reporte de su desaparición y a las 23:00 horas ya estaba declarando ante la Fiscalía sobre los últimos momentos que pasó con ella.

Después de la declaración, dice, la familia Camargo lo obligó a ir a la casa del tío de Paulina, Víctor Camargo, ubicada en la 31 poniente, ahí lo tuvieron encerrado en un cuarto con el pretexto de que no podía irse hasta que no apareciera la joven que tenía un embarazo de 18 semanas.

A las 4:00 de la madrugada del 25 de agosto, diez miembros de la familia Camargo lo llevaron por la fuerza hasta su departamento en La Margarita, donde su hermano estaba dormido; registraron cada rincón del lugar en búsqueda de las pertenencias o signos de Paulina, pero no encontraron nada.

Al salir, lo regresaron ante el Ministerio Público señalado como el principal sospechoso del homicidio de Paulina y nunca más volvió a salir libre.

El pasado 9 de febrero, CENTRAL publicó que existe una línea de investigación en la que se presume que Paulina Camargo podría estar con vida radicando en Monterrey. La versión fue desmentida por la Fiscalía del Estado e incluso por los propios padres de Paulina Camargo quienes negaron rotundamente que su hija se encuentre con vida, a pesar de que las autoridades llevan casi 6 meses sin encontrar el cuerpo.

Secuestrado por los Camargo

En la entrevista otorgada a CENTRAL, José María Sosa narra a detalle la noche en la que permaneció secuestrado en la casa de Víctor Camargo, hermano de Rolando, el padre de Paulina. Dice que fue encerrado en uno de los cuartos e intentó dormir, nunca pensó que sería incriminado por el feminicidio y que pasaría los siguientes días tras las rejas.

Durante la noche escuchó conversaciones entre los tres hermanos Camargo: Néstor, Víctor y Rolando; quienes intentaban buscar una explicación a la desaparición de Paulina y ataban cabos sobre qué podría haber sucedido:

Explica que fue alrededor de las 4:00 de la madrugada del día siguiente cuando los hermanos Camargo Muñoz, sus hijos y alrededor de 10 personas más lo llevaron a su departamento en La Margarita.

Todos, asegura, entraron a su casa y sin supervisión de la Policía registraron todos los cuartos.  En el lugar se encontraba el hermano de José María quien se despertó y dio aviso a sus papás. José María intentó quedarse pero los Camargo lo obligaron a permanecer con ellos. Estuvo unas horas nuevamente en casa de Víctor Camargo y después lo llevaron al despacho de Marisol Montes Baro, la primera abogada que conoció del caso.

Después de esto José María fue enviado nuevamente a las oficinas de la Fiscalía del Estado y en la oficina del Ministerio Público insistió en su versión. Ese día entero lo pasó en la dependencia y ahí mismo durmió.

El 27 de agosto, José María Sosa fue aprisionado formalmente por el delito de falsedad de declaraciones, pues aunque asegura que solo dejó a Paulina en un taxi, en los videos de seguridad de la zona de la Plaza del Sol, aparece él subiéndose al vehículo con la joven embarazada.

En ese lapso de tiempo conoció a Arturo Villegas, el segundo involucrado en la desaparición de Paulina, quien se encontraba también detenido. Él desconocía en ese entonces que el muchacho también sostuvo una relación amorosa con Paulina.

Yo no sabía ni quién era. Ya después me explicaron. Pero ahí él me vio burlonamente. Yo lo tiraba de a loco porque ni sabía quién era. Ahí nos conocimos.

Como CENTRAL informó, Arturo Villegas también fue consignado, como José María, por el delito de falsedad de declaraciones, pero a él sí se le otorgó el beneficio de la fianza y fue liberado el 2 de septiembre del 2015.

“Me torturaron y amenazaron con golpear a mi hermano, por eso me eché la culpa”

El 29 de agosto José María llevaba casi 48 horas en las instalaciones de la Fiscalía del Estado. Cuando vencía el plazo para ser consignado y debido a que no se le encontraban pruebas claras para acusarlo por el asesinato de Paulina Camargo, fue llevado por agentes ministeriales al sótano de la Fiscalía en donde fue torturado, según relata.

El hombre que me torturó tenía muchas marcas de acné, ojos claros y cabello rubio, era chaparro y fornido, macizo, como bulldog. En cuanto me dejaron con él me metió cuatro cachetadas. No dijo nada y se fue un rato… como 40 minutos. Regresó y me vendó los ojos. Me pusieron una bolsa en la cabeza. Rompí dos con los dientes de la desesperación. Entonces al parecer se enojó e hizo que me recostara en una plancha de metal. Me puso un trapo mojado en la boca y me echaban agua en la cara, yo sentía que me ahogaba.

Según José María Sosa cuando el ministerial comenzó a someterlo a una peor tortura también lo amenazó con herir a su familia. “Me dijo que tenían a mi hermano detenido y que entonces lo iban a llevar ahí conmigo. Entonces fue cuando dije que ya no me pegaran que iba a admitir lo que quisieran pero con mi familia no se metieran”.

El joven asegura que los ministeriales lo llevaron en una camioneta tipo van color blanco hasta La Margarita. Ahí le dijeron que tendría que admitir que había asfixiado a Paulina, la habría echado en dos bolsas de basura y dejado en el contenedor.

La relación con Paulina Camargo

Sobre su relación con Paulina Camargo tiene un solo calificativo: “fugaz”. Explica que se conocieron por Facebook, solo tuvieron relaciones sexuales en una ocasión, y a los diez días ella le dijo que esperaba un hijo suyo.

Solamente tuvimos una vez relaciones. Y pues el condón se rompió. A los diez días ella me dijo que estaba embarazada y que el bebé era mío. Yo admití que me haría cargo del bebé desde un principio. Nunca me negué (…) No éramos novios, yo la conocí desde que estaba en la prepa.

Dice que, a pesar de que tenía dudas de que fuera su hijo, se presentó ante los papás para asumir la responsabilidad y que sorprendentemente la familia de Paulina lo aceptó con tranquilidad:

“Yo la dejé en el taxi”

El 25 de agosto de 2015 José María Sosa admitió que en efecto estuvo con Paulina Camargo para la cita con el ginecólogo a las cuatro de la tarde y que a las cinco salieron y poco después la dejó subir en un taxi:

 “Me dijo que quería irse… Y le dije que si quería que la acompañara o que llamara a sus papás”. José María insiste en su declaración original, a pesar de que en la investigación fueron asentados  videos donde se le ve subir al vehículo con la joven.

Yo ya no supe más hasta eso de las ocho de la noche. Ocho y cuarto más o menos su mamá me marcó preguntando por Paulina porque no había llegado a casa (…) Yo no hice nada. La última vez que la vi fue cuando subió al taxi. De verdad”, insistió en entrevista.

Amigos en el penal

“Tenía la idea de la cárcel como en las películas. Pensé que me iba a ir muy mal. Y pues fue todo lo contrario. Algunos hasta me decían: ‘Tú qué haces aquí’. Y pues también muchos me comenzaron a contar sus historias… hay mucha gente que está como yo aquí adentro de manera injusta”, relata José María en el locutorio del penal de San Miguel.

Hoy ocupa un lugar en el dormitorio C, en la celda 10. Y ha empezado a hacer amigos. Aseguró a CENTRAL que sobrevive escribiendo a diario pensamientos y hace una relatoría de lo que vive. Escribe también de sus amigos dentro del penal y asiste con regularidad al aula escolar dentro de la prisión. A pesar de lo complicado de su situación legal tiene planes para cuando pueda dejar la cárcel.

―¿Qué pasa por tu mente? ¿Qué esperanzas guardas?

―Pues mientras haya esperanzas y vida todo se puede. La verdad es que solamente pienso en acabar la carrera, no creo regresar al Tae Kwon Do. Pero tengo toda la intención de acabar la carrera. Me preocupa un poco que, si salgo, la gente me reconozca o diga algo.

―¿Qué le dirías a la gente que te llama asesino?

―Pues nada. No puedo cambiar la mente de las personas. Si esa es su opinión qué puedo hacer… No me conocen, no saben todo lo que he pasado.

―¿Qué le dirías a la familia de Paulina?

―Pues nada realmente. No guardo rencor. En el aula escolar, aquí dentro, hay una frase de Nelson Mandela que dice: “Si no dejas atrás toda la ira, el odio y el resentimiento, seguirás siendo un prisionero”. Y pues yo no les guardo rencor.

Hasta el momento se espera que se resuelva un último amparo por los delitos de los que se acusa a José María, entre ellos el homicidio de Paulina Camargo y aborto por el bebé que esperaba la joven con 18 semanas de embarazo para la fecha en que desapareció.

Por el delito de falsedad de declaraciones recientemente el Poder Judicial Federal ratificó el proceso, pero hasta el momento se sabe que será revisado por un tribunal colegiado. La defensa de José María Sosa ha ganado un amparo para restituir el departamento que pertenece a su familia y donde, según la versión de la Fiscalía General del Estado, ocurrió el homicidio. Hasta el momento, la Fiscalía no ha podido encontrar los restos de la joven desaparecida.

 

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