Un grupo de estudiantes de la Universidad de Newcastle en el Reino Unido están buscando combinar ingeniería electrónica y biología sintética para crear circuitos electro-biológicos.
Los estudiantes han transformado la bacteria E.Coli genéticamente modificada, en una especie de bombilla, diseñada para encenderse cuando las bacterias experimentan estrés por calor de una célula de combustible microbiana en miniatura.
La Escherichia coli o E. Coli, es un bacilo de la familia de las enterobacterias que se encuentra en el tracto gastrointestinal de humanos y animales de sangre caliente.
El dispositivo actúa como una batería al aprovechar la energía eléctrica de la acción de los microbios.
It's alive! #igem2016 #NCL #youloveit pic.twitter.com/p2aiIBi7Ix
— Newcastle iGEM (@ncliGEM16) 6 de septiembre de 2016
El innovador proyecto
Los jóvenes científicos, debutarán su proyecto en Boston, en la Competencia Internacional de Máquinas de Ingeniería Genética, una competencia anual global en la que el equipo es solo uno de los 300 que participan de 40 países.
Para el dispositivo, diseñaron una E.coli que, por la expresión aumentada de un gen fluorescente, puede brillar cuando se introduce a una corriente eléctrica o fuente de calor.
También diseñaron un circuito para conectar la bombilla y la fuente de alimentación con el objetivo de que todas las piezas puedan encajar fácilmente.
Nuevas posibilidades
Congratulations and good luck to the @ncliGEM16 team - presenting an electro-biological device produced in Open Lab https://t.co/PfHlEM5mn8 pic.twitter.com/PCMY8uzBAH
— Open Lab (@OpenLab_Ncl) 1 de noviembre de 2016
En la ronda final de pruebas, el equipo no logró que la célula de combustible activara la bombilla, pero el objetivo del proyecto es poder crear las herramientas que le permitan a otros construir sobre la misma idea.
Sin duda abre un nuevo campo de la tecnología, explorando la relación entre la biología y la electrónica, pero también es cierto que trabajar con organismo genéticamente modificados requiere de responsabilidad. Sobre eso, el equipo creó un juego interactivo digital para acompañar el proyecto.
En el juego, se anima a los jugadores a considerar los impactos éticos de los experimentos científicos electrobiológicos y a conocer cuáles son los límites de cada uno a la hora de usar materiales biológicos como electricidad.