La discusión de pareja es algo que existe en absolutamente todas las relaciones y quien diga lo contrario, miente.
Incluso conviene aclarar que las discusiones, dentro de los términos del respeto (por supuesto), son una buena terapia para conocer el punto de vista del otro y saber también sus opiniones en un aspecto en cuestión.
Sin embargo, en ocasiones el motivo de discusión puede sacar de sus casillas a una de las partes, que a su vez puede decir cosas que hieran de verdad y por consecuencia, en lugar de solucionar el problema, se empeorará. ¿Y qué hacer? ¿Cómo evitarlo?
Son muy interesantes las recomendaciones del terapeuta Jeffrey Bernstein, quien en una entrevista en la revista Psychology Today aseguró que durante una discusión se debe evitar a toda costa la palabra “deberías”. “Es la palabra más tóxica en una relación porque debilita cualquier lazo emocional, con lo cual empeoraría cualquier discusión”.
El experto cita varios ejemplos de cómo utilizamos “deberías” y maneras en las que podemos reemplazar la frase para evitar pensamientos tóxicos. Así, en lugar de decir “deberías saber cómo me siento”, traten de pensar o asegurar “me gustaría que me escucharas”.
10 consejos para dejar de discutir con tu pareja
Bernstein explica que “tomarse el tiempo para ser conscientes de los pensamientos tóxicos que utilizamos y tratar de cambiarlos va a ayudar a que la relación de pareja funcione mejor. Aunque puede ser complicado cambiar la forma en la que se discute, no está de más tratar de hacer el esfuerzo para trabajar ese aspecto que puede beneficiar la comunicación no solo con la pareja sino en cualquier situación cotidiana”.
Asimismo, no recurran a amenazas que son bastante más serias de lo que en un primer momento puedan parecer. Piensen siempre en las consecuencias:
“Quiero el divorcio“: Es una frase muy recurrida y que no debería de serlo tanto. Un matrimonio implica la unión y la lucha conjunta. No utilicen esta amenaza como “coletilla” cada vez que discutan. Tómenselo en serio y denle al compromiso la importancia que realmente tiene.
“Nunca haces nada bien”: Error enorme. Obvien los adverbios “nunca y siempre”. Lo único que demostrarán es una falta total de confianza.
“Mi madre ya me lo advirtió…”: ¿Por qué meten a sus madres? Da igual lo que en un momento les hayan podido decir, cualquier referencia a ellas en una discusión sobra.