Thursday, 25 de April de 2024

Paranormal

Teorías de la identidad de Jack el destripador; ¿y si sólo fue un invento?

- Foto: Especial

Luego de más de un siglo de misterio, la identidad de Jack el destripador sigue siendo un misterio. 

Por ABC / /

Jack el Destripador probablemente sea el asesino en serie más famoso de la historia. La brutalidad con la que mutiló a sus víctimas y el hecho de que nunca se le capturara han impregnado al personaje de un misterio y una admiración a lo largo de la historia que se prolonga hasta nuestros días.

Tal día como hoy de 1888 apareció en el londinense barrio de Whitechapel la primera de las cinco víctimas atribuídas a Jack el Destripador. Es necesario señalar que durante el periodo de actividad de Jack, se produjeron en Whitechapel hasta un total de 11 asesinatos que compartían ciertos patrones: las víctimas eran prostitutas, los cadáveres aparecían mutilados y el ensañamiento era tal, que los investigadores de la época se plantearon que todos hubieran sido cometidos por la misma persona.

¿Quién fue Jack el Destripador?

A Jack el Destripador se le considera responsable de la muerte de cinco mujeres en 1888 conocidas cómo las «víctimas canónicas»: Mary Ann Nichols (31 de agosto), Annie Chapman (8 de septiembre), Elizabeth Stride y Catherine Eddowes (30 de septiembre), y Mary Jane Kelly (9 de noviembre). Los cadáveres de todas ellas, excepto el de Stride, aparecieron con la garganta rajada de izquierda a derecha, el abdomen abierto en canal, los órganos sexuales mutilados y les habían sido extraídos el útero, el estómago o los intestinos. Todas ellas sufrieron también la desfiguración del rostro.

Existe la creencia de que en el caso de Stride, alguien interrumpió a Jack el Destripador, que se vio obligado a dejar incompleta su obra, motivo por el cual, apenas una hora después, asesinaría a unas manzanas de distancia a Catherine Eddowes. El doble asesinato del 30 de septiembre fue el que realmente elevó al estrellato a Jack el Destripador.

El 16 de octubre de 1888 George Alkin Lusk, presidente del llamado «Comité de Vigilancia de Whitechapel», recibió en su domicilio un peculiar paquete. En su interior encontró medio riñón humano conservado en formol, y una misiva titulada «From Hell» (Desde el infierno), en la que Jack el Destripador espetaba: «Le envío la mitad del riñón que saqué de una mujer. La otra mitad la freí y me la comí, estaba muy buena. Puedo mandarle el cuchillo ensangrentado con que lo saqué sólo si espera un poco. Firmado. Atrápame si puedes».

Durante el periodo en que se cometieron los terribles crímenes, tanto Scotland Yard como los rotativos londinenses recibieron multitud de cartas anónimas atribuyéndose la autoría de los asesinatos y diciendo ser Jack el Destripador. En una de ellas, entregada el 27 de septiembre de 1888 a la Agencia Central de Noticias de Londres y dirigida al jefe de la policía londinense, el supuesto homicida acuñó el pseudónimo con el que entraría a formar parte de los anales de la historia más sórdida de la capital inglesa: «Mi cuchillo es tan bonito y afilado que quisiera ponerme a trabajar ahora mismo si tengo la ocasión. Buena suerte. Sinceramente suyo. Jack el Destripador».

Dado el carácter excesivamente morboso que los medios de la época dieron a los crímenes, la cantidad de cartas recibidas asegurando ser Jack el Destripador, y que nunca se tuvieron las pruebas suficientes para demostrar y atribuir la autoría de los asesinatos a una sola persona; a continuación se ofrecen algunas de las teorías mas llamativas sobre la figura de Jack el Destripador: el asesino en serie más famoso de la historia.

El verdadero Jack sería Gull el Destripador

Esta primera teoría sería una conspiración de la realeza británica para ocultar los coqueteos del príncipe Alberto Víctor con la plebe del East End londinense. Así el nieto de la Reina Victoría se habría casado en secreto y engendrado una heredera al trono con una dependienta de Whitechapel: Annie Elizabeth Crook. Una vez que la Corona conoció la cuestión no tuvo más remedio que encerrar en un psiquiátrico a Annie Elizabeth, y entregar la niña a una amiga de la joven. Esta amiga no sería otra que la quinta víctima de Jack el Destripador, Mary Jane Kelly, que se marcharía a Irlanda a cuidar de la pequeña.

Años después Mary Jane regresaría a Londres, donde empezaría a ejercer la prostitución en las calles de Whitechapel. Según esta teoría, la falta de dinero y la desesperada situación que vivía, habrían llevado a Mary Jane a tratar de chantajear a la Corona. Así, la monarquía habría enviado a su médico, el Dr. William Gull, a silenciar a todas las personas que conocieran la historia de la heredera plebeya, motivo por el cual Mary Jane y sus cuatro amigas más cercanas, las otras prostitutas víctimas de Jack el Destripador, habrían sido cruelmente asesinadas.

El curandero misógino

Esta otra teoría atribuye la autoría de los crímenes de Whitechapel a un falso médico procedente de EE.UU. y de ascendencia irlandesa: Francis Tumblety. Según los datos de la época a Tumblety se le sitúa en Londres a partir de junio de 1888. Se tiene constancia de que se hospedaba en el hostal del número 22 de Batty Street, situado en el East End londinense.

Las pruebas contra Tumblety se sustentan en su denostada misoginia, una patología que dado el ensañamiento contra las mujeres asesinadas por Jack el Destripador debía tener el autor de los mismos; en los conocimientos médicos necesarios para realizar la extirpación de los órganos; en su repentina desaparición de Londres después del asesinato de la última víctima; y en una carta fechada en 1913, y firmada por él, que apareció en los archivos de la División Especial de Scotland Yard.

Dicha carta fue estudiada por una grafóloga y comparada con la misiva «From Hell», y se encontraron bastantes pruebas para atribuir la autoría de ambas a la misma persona. La longitud especialmente prolongada de las «Y» que llegaban hasta dos líneas por debajo de la escritura, y el empleo de términos del dialecto irlandés en ambas cartas son evidentes. De todas maneras nunca se pudo demostrar con pruebas fehacientes que Jack el Destripador fuera Tumblety.

Un invento de la prensa

La última de las teorías sobre quién fue Jack el Destripador es que nunca existió y fue una invención de la prensa de la época, y una «oportunidad» de intentar conseguir notoriedad de varios asesinos, que vieron en la imitación del «modus operandi» del primer crimen de Whitechapel la coyuntura perfecta para alcanzar la fama.

Además, el gran número de cartas recibidas se piensa que pudo ser una artimañana de los periodistas para alentar el morbo entre la población de Whitechapel y vender más ejemplares. De hecho, hasta que se determinó que sólo habían sido obra de Jack el Destripador las cinco «víctimas canónicas», cada asesinato de una prostituta en Londres era vendido en los medios como una nueva aparición en escena de éste.

Hasta la fecha, y a pesar de las muchas investigaciones y expertos que han tratado de aportar una solución a los crímenes de Whitechapel, no se ha podido demostrar si realmente existió Jack el Destripador.

Es verdad que las coincidencias en las vejaciones que sufrieron las víctimas sugieren que pudieron ser obra de la misma persona, pero también es verdad que en la época aparecieron hasta seis cadáveres más con mutilaciones similares que no se atribuyen a la figura de Jack el Destripador; y sobre todo, que de cinco víctimas seguras, una de ellas no presentará todos los rasgos de la «obra de Jack el Destripador», hace pensar que en lugar de estar ante el caso del asesino en serie más famoso, esta sea una de las mentiras más grandes de la historia.

ABC

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