Imprimir esta página

Paranormal

Por "órdenes del diablo" un hombre mata a una indigente

- Foto: Especial

El hombre  se identificó como ‘sicario del diablo’, apenas tenía unas cuantas horas de haber regresado de Chicago, Estados Unidos, ya que fue deportado

Por / /

Un hombre acabó con la vida de una mujer indigente, cuando la encontró dormida en la sala de espera de una central de autobuses ubicada en Matamoros, Tamaulipas, y al ser detenido por las autoridades policiales del estado, el agresor argumentó que lo hizo ‘por órdenes del diablo’.

Alfredo ‘N’ de 29 años, originario del Estado de México, se identificó como ‘sicario del diablo’, apenas tenía unas cuantas horas de haber regresado de Chicago, Estados Unidos, ya que fue deportado. 

Según indican los reportes policiales consignados por medios locales, los testigos de la agresión refirieron que el hombre tomó a la mujer por la cabeza y comenzó a golpear su nuca, después la pateó y finalmente la golpeó con un bote de basura de metal.

Tras dejar a la mujer sin vida, se trasladó hasta los baños de la terminal, donde también produjo una serie de destrozos, entre los que se menciona la ruptura de un retrete.

Al percatarse de la situación, el personal de la terminal camionera decidió llamar a las autoridades para evitar que el hombre continuara provocando daños y para que tomaran conocimiento sobre el hallazgo de la mujer que habría matado a golpes.

Elementos de Protección Civil de Matamoros fueron los primeros en llegar al lugar, y lograron someterlo para tomar control de la situación, en tanto que esperaban al arribo de la Policía Investigadora.

Durante su traslado, Alfredo exclamó que estaba en el país para ‘hacer limpia’ de personas, ya que, por orden del demonio, ya que era su deseo que matara a más personas.

El detenido dijo que también había matado en Chicago, y que estaba dispuesto a continuar con ‘su misión’.

El homicida fue puesto a disposición de autoridades del Ministerio Público para determinar su situción legal tras ser señalado del homicidio y los destrozos que causó.

Excélsior.

COMENTARIOS