Una voz en el teléfono se escuchó como si fuera el mítico personaje Cruz Treviño de la Garza y Garza (padre de Pedro Infante en la película La Oveja Negra):
-Buenoooo, buenoooo.
Del otro lado de la línea una diputada local tomaba la llamada:
-Sí bueno, ¿quién habla?
Y nuevamente el tono de hablar de don Cruz Treviño de la Garza y Garza se escuchó:
-Aquí tu amigo, Rogelio Cerda Pérez, ¡ajúa!- esta última expresión parece que la dijo, porque no nos consta, el nuevo delegadazo del CEN del PRI en Puebla.
-Dígame mi delegado, ¿en qué le puedo servir?
-Ay chula, pues es que ya te enteraste que hicieron renunciar a nuestro alcalde priista. Que ya se armó un Consejo Municipal allá en Ajalpan tras el linchamiento de los dos encuestadores, ¡ajúa!...
-¿Cómo? No, eso es falso. No renunció nadie.
-Aquí mis asesores en seguridad ya me lo reportaron además del señor este que lleva la comunicación social del PRI ya me lo adelantó. ¡Ajúa!
-Pero para eso ya nos tendrían que haber informado en el Congreso. No se desaparecen los poderes en un municipio así como así.
-A mi ya me lo dijo el señor este que siempre anda acompañando todo el tiempo a la presidenta Ana Isabel Allende, ¡ajúa! (no olvidar el acento norteño). Vamos a armar toda una estrategia para irnos contra el gobernador ¡ajúa! Va a ser tema de campaña ¡ajúa! Ya nos lo dijo este señor que es el asesor de seguridad del partido.
-No, pues déjeme ver, pero yo creo que no es conveniente politizar este tema. Hay otros porque el presidente municipal es priista y estuvo con Antorcha Campesina, quien también es del partido.
-¡Ajúa!
-Me reporto con usted en unos minutos.
Pasaron unos minutos y la llamada regresó:
-Delegado… bueno, sí, delegado. Oiga… dígale a su asesor de seguridad que le está mintiendo. No ha renunciado nadie ni se va a armar ningún consejo municipal. El tema está muy caliente… yo le recomiendo que sí hay que subirse al tema pero no vaya a salir con renuncias ni consejos, porque nos vamos a quemar. No hay que calentarnos, si me permite comentárselo.
-¡Ay chula! ¿Cómo? Entonces, ¿no ha renunciado nadie?
-No, nadie.
- ¿Ni va a renunciar ni lo van a renunciar?
-No, y al parecer no va a ocurrir nada.
-¡Ajúa! Es que ya teníamos armada una rueda de prensa de último minuto.
-Pues qué bueno que no porque íbamos a hacer el ridículo.
-Gracias mi diputada.
-Hasta luego.
-¡Ajúa!
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Este es el nuevo delegado del CEN del PRI. Dicen que no tiene idea de lo que ocurre en Puebla y sólo se apoya en las decisiones que toma tanto la presidenta estatal como su asesor de seguridad y compañero Adolfo Karam Beltrán.
Tampoco trae la rutina, el orden, el método y la energía del anterior Ismael Hernández Deras.
Y es que este nuevo delegadazo -junto con la pareja imperial del PRI- fueron los que han querido politizar el tema de Ajalpan.
Así como lo hicieron el malogrado diiputado panista Franco Rodríguez y los bots de gobierno del estado cuando acusaron al PRI en Twitter por el linchamiento de los dos encuestadores. En ese caso se le calificó como una burrada.
Mala estrategia, porque a los priistas no les pesará tanto Ajalpan. A los priistas les pesan los 43 normalistas de Ayotzinapa. Además, el alcalde es priista.
Y es que este caso va más allá de los partidos. Es un tema de gobernabilidad. Es un tema que, seguramente, sí ya en la campaña será usado para contrastar, pero en este caso deberían los priistas ser más cuidadoso y no disparar como escopetas viejas y chuecas.
Cuando lo pudieron haber hecho, que fue en el caso Chalchihuapan, pues ahí fue la policía estatal la responsable, no lo hicieron. Tampoco armaron un escándalo con Facundo Rosas y su mafia de policías de chupaductos, pues ahí sí había tela de donde cortar, no lo hicieron.
El corazón de concreto hidráulico regresó a dirigir el partidazo.
Si esa va a ser la línea de campaña, créanlo, no les va a ir muy bien a los priistas.
¡Ajúa!