Saturday, 20 de April de 2024

El PRD y su dilema

Por Zeus Munive / /

Decía Manuel Bartlett, cuando era gobernador, que si querías ver divididos a los perredistas “regálales una camioneta. Solitos se pelean”. Hoy el PRD vive la peor de sus historias,  y no es que estén divididos en “chorrocientas” tribus, como es su costumbre, es que están desdibujados del panorama electoral.

Es cierto que el PAN y el actual gobierno los necesita y está presionando para que sigan siendo su partido satélite, pero ante la falta de identidad propia, con un partido como Morena que ha capitalizado a los seguidores de “izquierda”, el perredismo es una mala broma que aparecerá en las boletas electorales. 

Los vimos recientemente en el informe del gobernador Moreno Valle cuando el diputado Ignacio Mier, quien a nombre de la bancada del partido del sol azteca, acusó a los llamados “presos políticos” de delincuentes. Ante tal declaración, ya no hay nada qué decir, sólo que el PRD terminó siendo la versión renovada de los extintos PPS, PFCRN y PARM. 

¿Quién es el culpable? 

No hay mucha ciencia en la respuesta, quien permitió que se apoderaran de su partido: Luis Miguel Barbosa, quien ahora es uno de los principales opositores a ir en la alianza con el PAN en las próximas elecciones estatales. 

Barbosa es desde 1998 el dueño del perredismo poblano. Llegó con el apoyo de Jorge Méndez Spinola y su esposa Rosa Márquez a quienes traicionó. Barbosa se convirtió en un cacique que elegía y corría a los dirigentes poblanos. 

Se alió a Rafael Moreno Valle en el 2010 para derrocar al marinismo e impedir el triunfo de Javier López Zavala. De ahí vivió con la administración estatal una luna de miel que se comenzó a desquebrajar cuando Luis Maldonado arribó a ese partido e intentó tumbarle su liderazgo. 

Barbosa, además, rompió con el grupo de Los Chuchos, quienes mantienen una relación muy cercana con el gobernador poblano. Ellos, Los Chuchos, son los principales impulsores de las alianzas con el panismo. 

Barbosa fue uno de los principales impulsores de esas alianzas, solo que no midió (o sí pero ya se arrepintió) que le comerían el mandado. 

Dicen que para que el diablo entre a tu casa es que tú se lo permitiste y ahora el perredismo vive uno de sus peores momentos, pues si van solos a la contienda electoral como pretende Barbosa sus números serían los peores en su historia y si van unidos con el PAN seguirán perdiendo adeptos e identidad propia.

La gente en el 2018 ya no los distinguiría como un partido de oposición. Simplemente ya no los distinguiría. 

Barbosa es el dueño de un partido que no solo está dividido sino que es un fantasma que solo sirve para sumar votos a un proyecto electoral pero por si solo no tiene con quien contender.

Si quien representó la voz del perredismo en el informe del gobernador acusa a los “presos políticos” de delincuentes. Ya no hay nada que hacer.  Ya no hay nada qué decir, pues es como aplaudir ese famoso discurso de Díaz Ordaz en septiembre de 1969, ante el Congreso de la Unión.

El PRD está en una encrucijada pues si van solos pierden votos, pero si van aliados pierden identidad y respeto. 

Al final pareciera que están vendiendo muy caro su amor, porque no tienen con quien contender los próximos comicios. Al parecer tendrán que aliarse en esta elección para después romper y crear su propia identidad rumbo al 2018. 

Aun así, a los perredistas regálales una camioneta y verás cómo se pelean.

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