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Definición de los chairos

Por Zeus Munive / /

Cuando iba en la secundaria fue la primera vez que escuché la palabra “chaira”. Obvio es la época en donde el 90 por ciento de los hombres en nuestras recámaras y en los baños practicábamos el arte de la masturbación. Digo el 90 por ciento, aunque pienso que casi el 100 por ciento, quizá algunos no lo hicieron por cuestiones morales o religiosas, pero lo dudo mucho.

Hace unos cuantos años, del 2012 para acá aproximadamente, comenzó a usarse el término chairo para todos aquellos que, principalmente eran anarcos o en su caso seguidores del Peje de la presunta izquierda. Todo aquello que criticara al sistema actual ya sea PRI o PAN o quien sugiriera que ambos partidos son casi lo mismo eran llamados chairos.

Cuando yo escuché el término no lo comprendí, puesto que me imaginé que como yo y la mayoría de mis compañeros de generación, se iban a encerrar al baño para masturbarse. O es que estaban muy flacos, muy ojerosos, muy débiles y hasta pálidos, pues en esos tiempos considerábamos que de tanto andar jugando con sus órganos sexuales pues quedaban todos enclenques.

No es así. Se le empezó a llamar chairo al chairo, al parecer,  por el acto de la chaqueta mental, es decir, la masturbación de imágenes creadas por el inconsciente de un mundo ideal, utópico, en donde  Andrés Manuel López Obrador es un mesías y sus libros son el Atalaya. Todos somos heramanos. No hay monopolios, el Internet es gratis, Televisa tiene buenos programas de televisión y Televisión Azteca es un canal de avanzada.

Y como en el origen hubo un grupo de estudiantes de la Ibero que se opusieron a la llegada de Enrique Peña Nieto a estos se les comenzó a llamar chairos. No sabemos si se pasaban horas en el baño o le robaban las revistas Cosmopolitán a su mamá para encerrarse y tomar la justicia por su propia mano, como era en antaño, lo que sí es que todo lo que sonara a oposición es y fue llamado Chairo.

El problema es que el chairismo, como todas las cosas que terminan en ismo, se desvirtuó. Se convirtió en una actitud en contra solo por estar en contra. No hay razonamientos, no hay claros y oscuros. Se radicalizaron las posturas. No ven ni hay espacio para admitir errores. Se es bueno o malo. Es aliado o enemigo.

Es decir, todo quedó en la inspiración de una buena chaira, pues el producto de todas esas ideas se las llevó el caño.

Ahora vamos al tema local y de política, porque ah como piden que todo lo llevemos a un término aldeano en estas columnas, no se desesperen.

Bien, ahora todo lo que suena contra Peña Nieto, PRI, PAN y en nuestro estado, contra Rafael Moreno Valle, es llamado chairo. Lo cierto es que muchos de estos “chairos” –término que no me gusta, pero en fin- se volvieron odiadores profesionales. Como decíamos líneas arriba radicales y cerrados.

Muchos de estos chairos cobraron o pretenden cobrar en la nómina del PRI. Fueron marinistas consumados y cuando sus intereses económicos fueron afectados con la llegada de Moreno Valle se fueron a la oposición y desde la comodidad de sus computadoras se convirtieron en guerreros de twitter.

Y aunque están en su digno derecho en hacer lo que se les plazca porque así le han hecho, buscan cualquier argumento bueno o malo para armar una guerra en redes sociales. Lo malo de todo esto, es que cuando deberían de actuar que son procesos electorales no hacen nada. Cuando se han dado incrementos al agua, no hicieron nada. Ahora que viene una reforma en la que se pretende generar un gobierno de coalición, no han hecho nada.

En este momento, en el que la inseguridad en la ciudad de Puebla se ha elevado, no hacen nada. Bueno sí, estar frente a su smartphone o a su computadora y ser guerrilleros, críticos graciosos y solo quejarse.

El problema no solo son ellos, también están los otros chairos, los institucionales, los que defienden a Peña, al PRI, al PAN y a Moreno Valle. Son igual de cerrados que los anteriores solo que con la ventaja que ellos sí cobran.

Y hacen lo mismo, lo que dicen sus líderes morales, jefes o gurús políticos lo replican en las redes. Se debaten con sus opositores y al final no ocurre nada, porque los pros y los contras solo se quedan mirando cómo es que Enrique Peña Nieto viene y abraza a Rafael Moreno Valle, le da manga ancha en sus actividades políticas y cómo es que el gobernador poblano es un gran impulsor del peñismo.

Es decir, muchos tecladazos que no sirven de nada.

El jueves pasado nos enteramos, por ejemplo, que el Instituto Nacional Electoral se convirtió en el gran censor no solo de Rafael Moreno Valle al impedir que dé entrevistas en las que hable de sus aspiraciones, sino de los medios de comunicación.

Vimos y estamos siendo testigos de cómo es que el INE no solo afecta a un precandidato (que nos guste o no también es un ciudadano) pero sobre todo que pasa por encima de los medios de comunicación, pues nos quiere obligar a decir o no decir lo que a nuestros intereses convenga.

Esto es grave, muy grave, pero como es Rafael Moreno Valle y los enemigos de él que están opinando en Internet pues lo afectan no ven que a la larga esto puede traer consecuencias negativas contra los propios medios de comunicación y su libertad de informar.

Ahí es donde entra el chairismo. Se radicalizan posiciones. Se ve en color blanco o negro. En buenos contra malos. Y la vida no es así. Señores chairos, los invito a seguir criticando a Moreno Valle cada que se equivoque, pero no permitamos que se restrinja la libertad de expresión y de información.

Si permitimos que el INE intervenga en las líneas editoriales se va a convertir esto en una dictadura. El INE se convertirá en la policía del pensamiento. Les recomiendo que lean la novela 1984 de George Orwell, para que entiendan. Muchos de sus críticos del gobernador tienen razón, pero no hay razón con que se metan e intervengan en cómo llevar o decir.

Las revistas, periódicos, programas de radio, Internet, también podemos subir lo que nos plazca en espectaculares. Y si no es así, ¿por qué los medios que cuestionaron a Moreno Valle no dijeron nada contra Juan Carlos Lastiri?

Pensó bien, le atinó: por su chairismo. Porque su molestia no es contra el sistema político corrupto, es contra quien sienten que afecto su bolsillo.

Lamentablemente, muchos de los críticos están molestos solo porque se les afectó su estado de confort, no por una situación ideológica. Casos extraños son como el doctor en economía Eudoxio Morales, quien pudo haber mantenido su posición crítica pero prefirió ir a apoyar al PRI, que contradictoriamente, es el principal aliado de Rafael Moreno Valle.

El chairismo, como todos los ismos, no sirven para nada, todo el producto de eso, insisto, termina en jalarle la cadena para que se vaya al drenaje.

 

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