Thursday, 25 de April de 2024

Blanca Alcalá va a la baja

Por Zeus Munive / /

La candidata del PRI a la minigubernatura solo va por su voto duro. No le interesa encabezar demandas ciudadanas. Su campaña solo está dirigida para que su estructura vote por ella. Su apuesta es que solo los priistas voten el día de la elección.

Alcalá tiene una campaña reactiva, no propositiva. Sus declaraciones y sus videos están solo para responder ataques: “Ni preciosa, ni bonita, ni pantalla”, fue lo que remarcó ante los señalamientos de que Mario Marín Torres es quien la está apadrinando. 

El segundo spot polémico que hizo ella fue para decir que sí hizo obras, pero no se ven, ello como respuesta ante la acusación de que cuando fue la alcaldesa de Puebla, “Blanca se fue en blanco” y un grupo de ciudadanos dijeron en entrevistas que no recuerdan qué hizo cuando estuvo al frente del ayuntamiento poblano. 

Al carecer de discurso, de un tema, de proponer una agenda social y mediática, solo está tratando de tapar fugas y goles. Está reaccionando, solo  respondiendo y negando. Parece que está más preocupada por amenazar a los posibles “traidores” de su partido para que se sumen con ella. Está construyendo la unidad del PRI en plena campaña. 

El problema para ella es que el tiempo se le acaba. En una semana haremos el primer mes de campaña y no levanta, al contrario, cada día más es un voto menos. Su dirigente nacional, Manlio Fabio Beltrones, no se atrevió a decir que va ganando, en su más reciente visita a Puebla, sólo dijo que su candidata: Va a la alza. No dio números, cifras, porcentajes. No sustentó su dicho. 

El PRI por lo que se ve no está jugando a ganar. Y en una elección no hay medidas tintas: se gana o se pierde. 

Los votos opositores al régimen estatal se los están peleando Roxy “La Barredera”, el viejito Quiroz de Morena y la candidata independiente Ana Teresa Aranda. Ellos tres tienen más claro cuál es su objetivo, saben que no van a ganar pero deben posicionarse ellos o sus partidos, en el caso de los dos primeros. Ana Tere sabe que no va a ganar pero lo hace por supervivencia política. 

Blanca Alcalá y su equipo siguen en espera de que hoy, mañana, pasado mañana, la federación envíe una bomba, un escándalo que hunda a su principal oponente. Además están esperando a que caigan desde el centro del país los recursos económicos para poder movilizar el día de la contienda.

El tiempo se agota. El problema es que los empresarios (los de a de veras) deberán apostar sus recursos a donde aseguren su estancia. Y como las elecciones son como la Bolsa de Valores, nadie le va a invertir a un producto que va a la baja, es, además de riesgoso, un mal, pésimo negocio. 

La dirigencia del PRI y la coordinación de la campaña están cegados por las emociones, por la arrogancia, están más preocupados por el protagonismo propio que por su abanderada, ahí está Alejandro Armenta Mier y sus petardos. Ahí están las declaraciones incendiarias y de escupir al cielo de Jorge Estefan Chidiac. 

Quieren judicializar la elección porque todo apunta que no les dará tiempo y así por lo menos echar abajo los comicios, el problema es que una elección se puede echar abajo cuando son hasta cinco puntos porcentuales de diferencia. Apostarse por llevar a los tribunales una elección es solo actuar con respuestas, no imponiendo la agenda.

Ya lo dijo Confusio: “Uno que no pueda gobernarse así mismo, cómo es posible que pueda gobernar a los demás”. Y hasta la propia Ana Teresa Aranda lo dijo la semana pasada: Blanca Alcalá no es una buena candidata para estos momentos que se viven. 

Alcalá no tiene un discurso en concreto, está basado solo en generalidades: educación, pobreza, desarrollo. Lo mismo que hemos escuchado desde que tenemos memoria. Nadie se compra esos “choros” largos, tediosos, demagógicos. En tiempos en que las redes sociales mandan y que cada vez el poder es más horizontal que vertical, nadie se suma a las generalidades. 

Estamos a un mes de que esto culmine y los resultados son adversos para la priista, para quien debería encabezar un discurso de oposición, pero que le da miedo enfrentarse. 

¿Qué esconde? 

¿Qué sabe que le saben? 

¿Por qué tan tibia? 

¿Por qué cuidar las formas y mejor evadir su responsabilidad?   

Mucho se dice que la elección está arreglada desde el centro del país, pero pareciera que si hay arreglo no es de la Federación. Pareciera que es un arreglo a nivel local, porque la candidata solo quiere que voten por ella sus priistas, no los ciudadanos sin partido.

 

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