El nombramiento de Enrique Doger en el CEN del PRI lo mueve en el tablero del ajedrez dos lugares hacia delante. No. No estoy asegurando que él será el candidato del PRI a la gubernatura en el 2016. Eso honestamente, no lo sé. Y como traen el reloj los tricolores en la ciudad de México es riesgoso asegurar quién lo será.
Lo que sí sé es que este nombramiento lo blinda, lo protege ante cualquier ataque de su ahora contrincante: Rafael Moreno Valle. Si el gobernador y su equipo pensaba lanzar una campaña en contra del priista, ya lo medirá más.
Manlio Fabio Beltrones lo protegió, lo cubrió por ser el único de los aspirantes priistas a la gubernatura que ha criticado de manera muy dura a la administración estatal. El dirigente nacional del PRI mandó un mensaje hacia Casa Puebla: “esta ficha (Doger) es mía. Y si lo cuestionas, el mensaje es para mí también”.
Obvio es que con la división interna de los priistas poblanos, pues muchos ya en redes sociales se la pasan diciendo que el ex alcalde y ex rector de la BUAP le acaban de dar un premio de consolación o lo acaban de nulificar. Claro, es parte de esta etapa de especulaciones.
Es imposible saberlo. Lo que sí se ha filtrado desde hace meses es que van a lanzar al más competitivo en el 2016 y que hasta este momento solo dos priistas tienen ese nivel: la senadora Blanca Alcalá (quien no tiene muchas ganas de competir en el 2016, pero sí en el 18) y Enrique Doger.
En un tercer nivel y por haber derrotado a Mario Rincón, aparecería un Alejandro Armenta Mier quien cuenta con todo el respaldo de los priistas. Los demás aspirantes solo son eso: aspirantes.
El nerviosismo electoral ha alcanzado a todas las esferas. Aún no arranca formalmente el proceso y en los principales bandos ya hay demasiado nerviosismo, por eso.
La ventaja que ahorita tiene Acción Nacional es que los priistas al final no resultaron tan unidos y ellos mismos se están dividiendo, mandando mensajes equivocados y falsos.
Verdaderamente no sé si Enrique Doger será el candidato en el 2016, pero de lo que sí estoy seguro es que lo pone en una buena posición política que lo blindará. En caso de no ser el abanderado en el 2016, nada pasará pues se estará codeando con la crema y nata del CEN del PRI y eso le abrirá muchas puertas que se verán reflejadas, entonces sí, para el 2018.
Doger será candidato si se pone a chambear duro y logra remontar en las encuestas y si puede generar la idea de que si no es él el PRI está perdido. Si no lo logra hacer, entonces, no, no será el candidato. Y eso solo lo obtendrá si se pone a trabajar.
Doger ya está en las grandes ligas. Debe aprovechar este momento, porque estas oportunidades sólo se presentan una sola vez en la vida, porque además, está con uno de los líderes del PRI que más expectativas ha generado y a quien más le temen y al mismo tiempo le respetan.