Parece que poco a poco la recuperación del peso frente al dólar comienza a darse, y entonces varios economistas e incluso docentes universitarios, en charlas fuera de los medios comparten sus ideas con respecto a que la estrategia del gobierno Federal no fue mala y que quizás por ella fue que el peso no alcanzó cifras históricas mucho más graves.
Los escucho hablar y argumentar de una manera muy didáctica y pienso que por supuesto el Estado en todo momento pudo dar un mensaje a la nación compartiendo la visión de estos académicos y ahorrarse muchas críticas, que inclusive partiendo desde este enfoque, fueron injustas. ¡Pero no, la historia siempre ha sido la misma! la mayoría de las personas no comprenden lo referente a los asuntos públicos debido a que siempre se maneja esta información con lenguaje técnico, partiendo de la utopía de que el sistema educativo es lo suficientemente eficiente como para que todas las clases sociales puedan establecer un criterio con respecto a lo que sucede en la política y la economía, por citar algunas, con el lenguaje técnico con el que se nos informa a través de los distintos medios informativos.
La mayoría de los mexicanos se queja, se deja guiar por sus sentimientos y emociones sobre los temas sin que esta actitud se fundamente de un argumento racional.
Un claro ejemplo fue lo que ocurrió con el Dólar, el Estado prefirió soportar críticas infundadas que recibir argumentos que cuestionaran con bases las acciones que se han realizado, sería colocar en la balanza lo que le conviene más, un pueblo informado que comprenda las maniobras tan complejas para salir adelante o bien una sociedad desinformada y emocional que solo genera ruido pero que no tiene la capacidad de actuar ni de exigirle al gobierno.
Por supuesto que la sociedad si se informara podría ser un gran aliado, la historia de la opinión pública en distintos lugares y tiempos ha demostrado como una sociedad informada capaz de generar debates y llegar a acuerdos es mucho más funcional que aquella que basa sus comportamientos tan solo en suposiciones y arranques emocionales como ocurre en nuestro país.
Que frustrante para un gobierno debe ser que tras realizar maniobras complejas y que ameriten un reconocimiento de parte de la sociedad hacia sus funcionarios por algún acto legislativo, acción económica y más, la sociedad no tenga la preparación suficiente para comprender y valorar tales actividades; imagínese amigo lector el valor de estas acciones en votos si la gente comprendiera más las decisiones que se toman en gobierno y además no solo de manera pasiva, sino muy participativa cambiando manifestaciones que exigen derechos (fortaleciendo el concepto de Estado Paternalista) vs. foros y acciones civiles donde los ciudadanos de manera ordenada presenten al congreso y cualquier otra instancia propuestas fundamentas para resolver los asuntos públicos. ¿no sería esto una gran ayuda y un paso para descentralizar el peso de responsabilidad del Estado?
Tan solo el imaginar que a través de la participación ciudadana se pueda en verdad alcanzar el desarrollo de un país tendría que ser una motivación suficiente para promover un modelo educativo más eficiente donde nuestros estudiantes fueran formados con distintas materias que les permitieran una independencia ideológica y un mayor interés por los asuntos públicos pero la verdad, es que ésta es una curiosa utopía porque en realidad, el Estado prefiere tener como aliado a un pueblo ignorante con el que constantemente tendrá que confrontarse en lugar de una sociedad informada y colaborativa con el proyecto vigente.
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