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Feminicidios: Factura pendiente

Por Daniel Fajardo / /

No es un hecho aislado que la nota de la temporada sea hablar de feminicidios, la atención pública está atenta a estos sucesos que de la noche a la mañana (por la gravedad del asunto y por el alarmante aumento de cifras), hayan llamado la atención de los medios periodísticos quienes cubrían de manera aislada estos sucesos en sus secciones de nota roja y policiacas, y que hoy han mudado esta información a sus encabezados y espacios principales. 

No podemos simplemente acusar a los medios de empezar a publicar hasta ahora notas de estos casos como si el evento estuviera sucediendo apenas, sino que este hecho es una factura pendiente que se nos ha generado desde hace tiempo.

Atando cabos

Circulaba por las calles pensando en el tema y mirando un puesto de periódicos, observaba la cantidad de fotos de mujeres en lencería que aparecen, recordaba hace tiempo el haber escrito una columna acerca del falso camino que el periodismo de espectáculos había tomado cuando decidió abordar el camino del morbo y usar como código gancho de sus publicaciones las fotos de actrices y personalidades del medio en una especie de Book fotográfico con titulares que sugieren mirar a este personaje como un objeto sexual.

Posteriormente leía la crítica que la opinión pública hacía sobre el vídeo de Gerardo Ortíz, donde existe de manifiesto una situación de violencia hacia la mujer que no es nada distinto a la trama que algunas de las telenovelas y películas que se transmiten por televisión abierta, sugieren es sus historias y que a diario vemos inclusive con mayor grado de violencia.

Pero aquel caso que abanderó un movimiento pro valor de la mujer hoy se tira a la basura cuando la misma mujer quien fue victimizada por los medios de comunicación y opinión pública, Tracy Saenz, aparece nuevamente en otro medio repitiendo el estereotipo de objeto sexual ahora posando para una revista para caballeros. 

Construyendo una utopía

¿Y si la solución no estuviera en una campaña social que nos reivindicara el valor de la mujer sino que fuera la misma mujer quien decidiera no aceptar un contrato para que sea violentada en una trama de vídeo o telenovela, no se permitiera fotografiar en lencería con poses sugestivas cuyo diseño de textos en la publicación donde las fotos aparecerán tendrá una connotación sexual? ¿Podría ser el comienzo de una nueva cultura?

Con este argumento no quiero caer en la postura radical del pensamiento que juzga a la mujer como la culpable de todo lo que pasa, como una especie de tentación para el hombre, la afirmación no va hacia ese camino amigo lector pero también veamos la realidad, ¿en cuántos medios a nuestro alrededor no somos testigos de la imagen de la mujer bajo esta temática de objetos sexuales y violencia?, ¿de igual manera quiénes deciden aceptar estos contratos sabiendo lo que el contenido implica en cuestión de efectos sociales?

Hoy tenemos un nuevo caso con la portada de la revista H presentando en su portada a la “Polisex” Nidia García quien pasó de ser miembro del cuerpo de policía a celebridad por el simple hecho de mostrar sus pechos en una foto y echando leña al fuego de una problemática social que sigue en aumento. Mirar a la mujer no por su valor como ser humano sino como un objeto.

No hay crítica sin señalar todos los frentes porque tanto es de reflexionar el que mujeres mismas sean quienes al aceptar estos conceptos de contenido sean culpables como los consumidores quienes por falta de criterio justifican sus actos de violencia por el marco de referencia en medios de comunicación que les avala el que una mujer deba ser violentada de muchas maneras y vean esta violencia como algo normal. Algo que inclusive es celebrado por la misma sociedad en la manera tan irresponsable en la que mediante una doble moral por un lado decimos que a la mujer se le debe tratar con respeto pero por otro consumimos los productos donde se le violenta.

Respeto, dignidad y valor, el camino a un cambio cultural

Creo las campañas de comunicación están mal enfocadas y, la opinión pública distraída, no es lanzar un grito a la sociedad exigiendo y condenando la cultura de mirar a la mujer como un objeto, es reflexionar, valorar y responsabilizarnos primero de que esta visión de la mujer se construye desde muy adentro de nuestros hogares, tanto de mujeres quienes ven el camino de la imagen sexual como un medio de desarrollo como los que consumen este estereotipo creyendo que ese es el papel de la mujer y fortaleciendo esta cultura que legitima que las mujeres lo sigan haciendo y que la única manera en que los hombres deban referirse a una mujer sea bajo estos valores.

Este tema es un problema cultural que viene de tiempo atrás y que sin duda irá conforme pase el tiempo cobrando facturas de distintas maneras a través de varios problemas sociales, como hoy en día lo son los feminicidios, la única manera de frenar esta situación no será cargando la responsabilidad a hombres o mujeres sino mirarla como trabajo en conjunto, no solo exigiendo a los medios de comunicación una censura a los mensajes en este tono, sino mas bien cambiando nuestros hábitos de consumo a partir de una visión diferente que dignifique tanto a mujeres como a hombres en una relación de respeto.

Comparte tu opinión conmigo en @danielfajardomx

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