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El PRI-Verde y su candidato a la presidencia municipal, Enrique Agüera descubrió el arma para contrarrestar los aciagos días de la semana pasada desde el fracaso del debate hasta las publicaciones de Reforma sobre las propiedades en Miami, la comparación con Andrés Granier, el reportaje de Aristegui Noticias sobre la compra de propiedades en Quintana Roo y la cereza en el pastel de Cambio, sobre la evasión de impuestos de la BUAP en el rectorado de Agüera.
En los últimos días de campaña, el war-room de Agüera descubrió que la única manera de contrarrestar los golpes recibidos en seis semanas de campaña era revivir a un personaje tan odiado y repudiado en Puebla como Mario Marín: Elba Esther Gordillo.
El fantasma de la ex lideresa del SNTE se ha hecho presente en la campaña y al fin, espectaculares del PRI-Verde relacionan a la presidiaria con su ahijado y discípulo político, Rafael Moreno Valle.
Como siempre, los estrategas de Agüera reaccionan tarde. El tema de Elba Esther es jugoso y es relativamente nuevo, y podrían haberlo utilizado desde hace semanas para evitar que permeara el concepto de la “Puebla preciosa”, el “ni un paso atrás” y la “vuelta en u”.
En los últimos 14 días de campaña, Enrique Agüera pretende revivir a la Maestra y su carga política en Puebla. ¿Será demasiado tarde o aún funcionará el revire?