Pero, ¿hubieras advertido que detrás de este impulso por orinar hay una explicación científica?
De acuerdo con Jack Gilbert, Director del Centro de Microbioma de la Universidad de Chicago, esto se debe a que, al salir de casa, se activa la amígdala cerebral.
Ésta última controla la reacción de escape ante una situación “amenazante” o estresante, que en este caso sería estar en un lugar ajeno al hogar.
Por su parte, investigadores de la Wenzhou Medical University, China, sostienen que la vejiga y el cerebro están perfectamente conectados y, al llegar a casa, recibimos la señal de la necesidad de la vejiga por vaciarse, tras no haberlo hecho por un rato.
Al final, no hay espacio más cómodo para ir al baño que nuestra casa, ¿a poco no?
