19 de Abril del 2024

“NO” es NO

Por Betzabé Vancini / /

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Hace unos días se hizo público el caso de “La Manada” en el que cinco hombres violaron a una jovencita durante los San Fermines en España. La sentencia ha causado revuelo pues los acusados fueron sentenciados a una pena muy corta pues el delito se catalogó como abuso sexual y no como violación, lo cual ha indignado -con justa razón- a la sociedad civil española así como a colectivos de derechos humanos e igualdad de género alrededor del mundo.

La principal razón de los jueces que llevaron el caso para argumentar que se trató de abuso sexual y no de una violación en grupo es que la víctima “no se defendió” pues no presentaba heridas que lo acreditaran y no pidió ayuda o intentó huir. Nuevamente, se culpa a la víctima de haber sufrido tal atrocidad pues “estaba sola” durante las fiestas y porque no agredió a los hombres que la atacaban sexualmente. La nota “Los hechos probados de la sentencia del caso de La Manada” publicada por El País el 26 de abril del presente año, narra parte del acta que constituye el caso en la que se describe con perturbadores detalles, el proceder de estos cinco hombres que, actuando de común acuerdo, metieron a la joven de 18 años al vestíbulo de un hotel para perpetrar distintos actos de naturaleza sexual SIN el consentimiento de la ahora demandante. Las líneas de investigación sugerían que la víctima había consumido alcohol y que ella había accedido a que los cinco hombres la acompañaran a su auto, e incluso, se había besado con uno de ellos, propiciando así el “malentendido” -a decir de los abogados de los hombres-, que quería tener relaciones sexuales con todos.

Cuando leí el caso, me tomó un poco más de media hora procesarlo y poner mi cabeza en orden. Me sentía indignada. Un país como España estaba dejando en evidencia una justicia machista que desdeña la responsabilidad de cinco agresores sexuales que se pusieron de acuerdo para violar a una joven de manera brutal y que incluso, según consta en las actas y evidencias, probaron en dos distintos hoteles sin que ella se percatara hasta que llegaron a un tercero donde pudieron llevar a cabo la agresión.

El consentimiento en el acto sexual es FUNDAMENTAL. Así, con mayúsculas. Intuirlo o darlo por hecho puede constituir un error gravísimo especialmente si ha habido bebidas alcohólicas o algún estupefaciente de por medio. El acto sexual debe ser consentido de mutuo acuerdo y debe expresarse de manera verbal clara: “Sí quiero.” Cuando una de las personas pone resistencia al acto sexual, se retrae, se incomoda o intenta parar en algún momento la otra persona DEBE detenerse. Clarificar la situación preguntando si algo pasa y si está bien seguir o no.

Como psicoterapeuta he atendido múltiples casos de jóvenes universitarias que salieron un día de fiesta y amanecieron junto a un hombre al que no conocían y con el que no tenían mucha claridad de haber accedido a tener relaciones sexuales o no. El consentimiento es la parte clave entre sexo consensuado, abuso o violación, pues hay muchos depredadores que se aprovechan del estado de embriaguez de alguien para inducir o lograr un acto sexual sin el consentimiento claro de la otra persona, esto hace que haya una línea muy delgada y que un caso de violación se convierta frecuentemente en “ella dijo – él dijo” y quede sin esclarecerse.
“No” significa no. No quiere decir “síguelo intentando”, ni “dame más de beber y tal vez”. Decir que no, es un freno rotundo a un acto que está causando incomodidad o incluso temor. Muchas veces, la víctima de violación no dice que no porque teme salir herida físicamente o que incluso sea asesinada, pero pone múltiples formas de resistencia que no necesariamente son violentas. De la misma manera, frecuentemente, el agresor tiene formas no violentas de imponerse e intimidad para forzar el contacto sexual y que posteriormente alega que fue persuasión o convencimiento.

Lamentablemente, vivimos en una cultura en la que las mujeres somos culpabilizadas por sufrir ataques sexuales, por salir tarde, por el tipo de ropa, por haber accedido a vernos con una persona o incluso, por haber tenido algún encuentro sexual en el pasado con el mismo sujeto que ahora es el violador. ¿Por qué? Porque se da por hecho que eso es lo que se quiere o lo que “se anda buscando” al salir con hombres. No debe ser así. Cada relación sexual requiere el consentimiento explícito de los participantes en la misma y existe la libertad de interrumpir el acto y retirarse en el momento en que cualquiera de los interactuantes se sienta incómodo o desee terminar con el acto. Nada ni nadie debe obligar a otra persona a llevar a cabo de principio a fin un acto en el que no está de acuerdo o en el que su dignidad está siendo atropellada, aún incluso sin son pareja. Sí, incluso estando casados, el acto sexual debe llevar siempre consentimiento de por medio.

El caso de “La Manada” me parece escalofriante. Una chica sola, con cinco hombres bastante mayores que ella, superada en número y forzada ante la amenaza de ser agredida físicamente a sostener relaciones con los cinco a la vez. Pero eso no es lo peor, sino que estos sujetos grabaron la agresión, tomaron fotografías, la compartieron en su grupo de whatsapp orgullosos de su hazaña: “Entre cinco nos follamos a una” decía el mensaje de uno de ellos que acompañó con una fotografía explícita.

“Manada” es un término que les queda corto. Los animales son seres mucho más dignos que estas escorias que fueron a los San Fermines a buscar una chica en situación vulnerable para cumplir sus fantasías. Bestias, diablos, todo queda corto. Basura. Ahora purgarán una condena de 9 años por abuso sexual, porque ella “no se defendió”, porque a pesar de que al acabar la agresión acudió a la policía, pero durante el acto no trató de huir. ¿Podemos juzgarla? ¿Podemos juzgar a una chica de 55kg, sola en una ciudad distinta a la suya, asustada, superada en número y sometida por cinco individuos? Tendríamos que ser la misma clase de escoria que los agresores para hacerlo.

Tú, que estás leyendo esto cuídate. Cuida esa delgada pero sustancial línea entre suponer y consentir. No supongas, pregunta. No dejes pasar, habla. Si ves que algo pasa, ayuda.

Como siempre, estaré atenta a sus comentarios y preguntas vía Twitter en @betzalcoatl

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