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Radiografía de la infidelidad

Por Betzabé Vancini / /

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Soy una gran fanática de la serie Mad Men y la trama en la que vemos los múltiples dobleces de la vida de Don Draper, el protagonista. No obstante, parte constante de la serie es la infidelidad que varios de los personajes cometen repetidamente como una adicción. Eso me hizo pensar: ¿qué lleva a una persona a ser infiel? ¿Por qué si aman a alguien, le harían ese daño?

Existen varios tipos de infieles y en cada uno las motivaciones son distintas. Los hay desde los que a causa del alcohol meten la pata, hasta los que lo hacen continuamente sin remordimientos. Aquí una clasificación muy general: 

0. Infiel de única ocasión: tal vez conoció a alguien que le atraía demasiado, o estaba pasado/a de copas, o estaba secuestrado/a por el enojo o las ganas de venganza. Este tipo de persona tiene un encuentro o comete la infidelidad por impulso y se siente muy mal después de haber cruzado el límite. Aún si no se le descubre, pasa mucho tiempo pensando en que no debió hacerlo y sintiendo remordimientos. Es muy probable que no vuelva a dejarse llevar y que tenga conductas compensatorias como volverse la pareja ideal. 

0. Infiel adicto/a la adrenalina: suelen ser personas que se sienten atraídos/as por emociones fuertes y cuya principal motivación para la infidelidad es el peligro de que le descubran. Es decir, se involucra con otras personas y se engrandece cuando sale bien librado/a de la situación. Este tipo de infieles no suelen rehabilitarse a menos que lleven un proceso terapéutico que les ayude con su adicción al disparo de adrenalina que les produce hacer lo incorrecto y salirse con la suya. 

0. Infiel perverso/a: son personas que engañan a sus parejas por el gusto de  lastimar, manipular y maltratar. Suelen ser cínicos/as y no les importa ser descubiertos/as. Frecuentemente, usan la infidelidad para vengarse o para ponerse en una posición de poder donde pueden condicionar a la pareja o amenazarle de que pueden dejarle en cualquier momento por otra persona. Las parejas de este tipo de infieles suelen ser codependientes y soportan estoicamente el maltrato emocional que esto conlleva, perdonan una y otra vez. Producen relaciones tremendamente patológicas porque hacen vínculo de víctima-victimario que es difícil de romper. 

Perdonar o no una infidelidad es una decisión de cada persona que la padece, sin embargo, perdonar dos, tres o más, ya supone una disposición francamente masoquista y la exposición constante a ser lastimado/a por alguien que evidentemente va a reincidir. 

Claro que puede arreglarse una relación que ha sido fracturada por la infidelidad, pero esto requiere de compromiso y trabajo terapéutico de ambos. Si alguno de los dos no se compromete o si inician una escalada de venganza, la relación no sanará y terminará muy mal. 

Estar en una relación monógama y exclusiva es una negociación que debe hacerse abiertamente en la pareja. Sin embargo, ser fiel, no mentir y no engañar es una decisión personal que implica una profunda ética de no dañar a quien te ama. 

Como siempre estaré atenta a sus comentarios y preguntas vía Twitter en @betzalcoatl