Empezaré por decir esto: quien cela tiene cola que le pisen. Bueno, ahora que has leído esa afirmación y que estás de acuerdo o te has molestado, procedo a explicarte por qué.
Los celos son normales si definimos la normalidad por estadística, sin embargo, no son sanos. Una relación de pareja debe basarse en la confianza y estar constantemente vigilando o increpando al otro es el extremo opuesto a confiar en tu pareja. Existen varias motivaciones para celar a una persona, las explico a continuación:
A) Celos territoriales: se producen a partir de la idea de que una persona “te pertenece” o es “tuya” y por ende, nadie más puede hablarle, acercársele o desearle. Lamento decirte que la gente no es de nadie y que no somos animales para andar marcando a nuestra pareja.
B) Celos por inseguridad: son los que se producen cuando te comparas con otras personas y sientes que todo mundo es una amenaza potencial para ‘robarte’ a tu pareja. La realidad es que las personas tenemos libertad y nadie puede robarte a quién decide estar contigo.
C) Celos por experiencias previas: la típica explicación de “yo no era celoso/a hasta que me engañaron”. Ciertamente, pasar por una experiencia de infidelidad es muy doloroso, merma tu confianza en ti y en otros, sin embargo, es importante siempre distinguir que no puedes cobrarle los platos rotos a quien no los rompió y que todos somos -al menos al inicio- merecedores de confianza.
En psicología decimos que los celos son proyectivos, es decir, que ponemos en el otro lo que nosotros mismos somos capaces de hacer. Así que si nosotros nos sabemos capaces de engañar, daremos por hecho que todos son capaces de hacerlo y estaremos siempre ‘a las vivas’. ¿Eres celoso/a? ¿Tienes la idea constante de que tu pareja te va a engañar? ¿Te preguntas constantemente con quién se escribe o tienes el deseo de revisar su teléfono? Empieza entonces por revisar qué estás haciendo tú qué crees que tu pareja es capaz de hacerlo también.
Ahora bien, si tus celos provienen de una amenaza real con tu pareja, es decir, que ya te engañó antes o que tienes motivos objetivos para sentir celos -te da picones, te compara, amenaza con dejarte por alguien más-, entonces lo importante será preguntarte ¿por qué estás con una persona que no te valora y que no merece tu confianza por qué ya la ha defraudado? ¿Vale la pena? Lamento decirte que no, simplemente por esta razón: tu paz no es negociable y no es sano estar con alguien que te roba la paz o que te hace sentir constantemente en una competencia para ganarte su ‘amor’.
Otro gran mito es que la confianza se gana, pero no, la confianza se otorga, nosotros decidimos a quien se la damos y eso también implica que confiamos en la libertad del otro para decidir estar con nosotros o irse. Es duro, pero es peor tener a alguien por la fuerza o en una jaula de celos controlándole cada movimiento. Es desgastante y cansado para ambos.
¿Por qué querrías estar con una persona a la que tienes que vigilar o perseguir para garantizar su fidelidad? ¿Por qué querrías estar con alguien que duda de tu integridad y que controla tus amistades, ropa, contactos en redes, etc.?
Por supuesto, los celos tienen cura. La psicoterapia es muy recomendable para trabajar el autoestima, sanar heridas del pasado y aprender a confiar. No creas que por ser un tema común es normal o todas las relaciones son así. No hay nada más bello que amar en libertad.
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