El señor Meade no levanta,
la campaña del miedo no espanta.
Del PRI y su gobierno, gente harta.
Había que idear una estafa.
Buscar primero el segundo lugar,
no importa cómo ni a quien ensuciar.
Hacer a Meade posicionar,
o quizás un pacto de impunidad.
Instituciones al servicio del plan,
la procuraduría presta a ajusticiar,
videos indebidos a revelar,
y triangulaciones a inventar.
Si había algo que investigar
su actuación lo fue a contaminar,
pues ya cada vez son más
los que sospechan la trampa detrás.
Ahora resulta que maldecir
es un delito que perseguir.
No sabemos si llorar o reír.
Es la justicia de nuestro país.
No vaya a salir al revés el tiro
y que Anaya salga fortalecido,
pues su caso ya es muy conocido,
y la PGR suma negativos.
La publicidad está en torno a él
y las acusaciones que va a resolver.
El priísta pasa a tercer nivel
pues del peje habla hasta el Nobel.
Esta novela vimos con Obrador
cuando lo quería desaforar Fox
pero la artimaña lo fortaleció.
Por nadita y le gana a Calderón.
Si no asestan un golpe mortal
su estrategia puede ser fatal
pues Anaya les puede ganar
por las simpatías que vaya a sumar.
Y el peje perdona a los bandidos.
¿Pues no que eran la mafia mayor?
Pero ese es otro cantar de grillos.
Hasta el lunes amable lector.
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