Dos varones y una dama van a contender
por el gobierno poblano; todos quieren el poder.
La elección presidencial tendrá mucho que ver
por el efecto de arrastre de los que puedan perder.
El candidato colorado fue alcalde y diputado
acusaciones de abusos cuando fue delegado
contra Gali no peleó, aunque estaba posicionado
porque el puesto ya estaba más que negociado.
Los priístas con Moreno estaban bien vendidos,
es de sobra conocido que se habían corrompido.
La pregunta es si ahora van los rojos unidos,
o en el caso de Puebla, hay acuerdo entre partidos.
A Morena lo representa el senador Barbosa,
cuando aliado de Moreno, todo era color de rosa.
De traiciones y espionajes, acusaciones ruidosas.
El senador quiere cobrarse a la mala con su esposa.
La candidata de Moreno se sigue promocionando
aunque la ley lo prohíbe, también rebase de gastos,
porque sabe que tiene las instituciones de su lado.
Igual que en la federal, será una elección de Estado.
En esta lucha Moreno Valle no dejará perder
a su esposa que por fuerza logró imponer,
la expectativa es si el peje la podrá vencer,
y si Doger y los rojos no se van a vender.
Si en dos meses el pinto no levanta la elección
quizás Doger negocie la declinación.
Y si el peje detiene la mala postulación
tal vez su efecto acabe con la relección.
Por el municipio de Puebla va un viejo conocido.
Rencillas con Moreno que dividieron al partido.
Persecución por cuentas, inhabilitado su castigo.
Pero ese, señores, es otro cantar de grillos.
Hasta el próximo lunes, estimados amigos.
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