29 de Marzo del 2024

Romper paradigmas educativos… un reto que debería estar en marcha

Por Martín Ochoa / /
Romper paradigmas educativos… un reto que debería estar en marcha
Foto: Epecial

Imagine mi querido lector que está trabajando en una organización donde el espíritu que reina es la cooperación, el liderazgo propositivo, el espíritu de mejora y el enfoque hacia el crecimiento humano en coordinación con los objetivos económicos de la empresa. Puede usted ponerse en una situación donde le consideran un activo igualmente importante que comparado con su jefe, y que además puede tener expectativas de desarrollo. Esta idea empresarial ha rondado por las grandes mentes dedicadas a la gestión y es una tendencia que ha ido abriendo espacios a conceptos como el “great place to work” generando entornos laborales lúdicos como en empresas como Google.

Esto que acabamos de ilustrar es un ejemplo en donde las empresas han reconocido la importancia de romper con el viejo paradigma empresarial puesto que entienden que el principal activo es el ser humano y que por lo tanto, es necesario impulsarlo para que pueda generar lo mejor de sí mismo.

En educación podemos abordar la misma idea: sólo recuerde como fueron sus clases en la primaria, en la secundaria y la universidad, me atrevo a asegurarle que las sesiones educativas consistían en una dinámica en donde el maestro se encontraba al frente del pizarrón y exponía sus contenidos mientras usted estaba en el mejor de los casos, tomando notas. Recuerde cómo se sentía al cabo de un par de horas donde deseaba que ya se terminara la clase y la sensación de que lo aprendido era sólo para pasar una materia más.

En la actualidad, donde se impulsa el desarrollo de competencias basadas específicamente en la filosofía constructivista, se reconoce que si se desea que el alumno construya su conocimiento, un modelo de enseñanza-aprendizaje requiere cambios radicales que permitan transmitir no sólo conocimientos, sino que también actitudes y valores que les van a ser útiles en un futuro.

Esta necesidad ha generado un rompimiento importante de paradigma del proceso de enseñanza-aprendizaje, en la generación de los ambientes de aprendizaje, en la constitución de nuevas filosofías educativas, en el desarrollo de competencias docentes, de contenidos y un largo etcétera que tiene como objetivo primordial el fomentar en los estudiantes el desarrollo de sólidas bases teóricas y prácticas que les permitan convertirse en profesionales adecuados a las necesidades de sus empleadores y de su sociedad.

Por supuesto que esta tendencia entonces requiere generar cambios en la filosofía educativa y específicamente en la definición de la función escolar, tal y como lo sugiere César Coll, la tendencia educativa dentro del modelo educativo basado en competencias es el encontrar el fiel de la balanza entre el conocimiento psicológico y la teoría y práctica educativa.

¿Cómo podemos asegurarnos que nuestros alumnos aprendan?, ¿cómo aprender a aprender?, ¿cómo relacionar este aprendizaje con nuestro entorno para que nos genere valor? o ¿cómo podemos aprovechar estos aprendizajes para que nuestros alumnos sean identificados como “valiosos” dentro de su esfera de actuación?. Bueno esta serie de preguntas son una constante dentro de la investigación educativa y cada institución de educación trata de responderla desde sus respectivas filosofías, valores y misión ante la sociedad.

Y de hecho, si realizamos estas preguntas a directores de escuelas, a los rectores universitarios y al personal académico nos encontraremos con respuestas que en pocas ocasiones escapan de la visión tradicional de enseñanza, lo que representa sin duda un reflejo evidente del estado educativo de nuestros niños y jóvenes pero también es un reflejo del estancamiento por el que la política educativa está pasando, ya que el deseo de desarrollar “competencias” en nuestros alumnos no pasa de ser un discurso más y que poco efecto genera en nuestros educandos.

Lo que sí existe sobre todo en nuestro estado, son tímidos esfuerzos por generar algunos diferenciadores entre instituciones, se puede observar que por ejemplo algunas de ellas quieren desarrollar a los niños espíritu emprendedor a través de talleres de empredurismo, en otras se pretenden desarrollar habilidades matemáticas, y en demás entidades educativas se busca que el alumno conozca más de un idioma. Esta serie de ideas por si mismas no se pueden considerar equivocadas sin embargo, hay que tener claro que su intención diferenciadora obedece principalmente a una necesidad de posicionamiento en el mercado más que la puesta en marcha de la función escolar.

Las instituciones educativas requieren adoptar una dinámica distinta, más acorde a las necesidades actuales y futuras y que tengan como finalidad principal más que llenar sus aulas con alumnos que les den ingresos, el desarrollo de estudiantes que tengan bases sólidas que les permitan durante su etapa universitaria convertirse en profesionales integrales, este golpe de timón puede apoyarse en experiencias de otras organizaciones educativas alrededor del mundo quienes a través de la innovación y compromiso con la educación antes que con la matrícula, han generado espacios que pueden considerarse como “great place to learn” .

En la edición de observatorio de innovación educativa, publicado por el Tec de Monterrey, Adolfo Ferrer Jaime nos comparte una serie de ideas que pudo apreciar en Europa y cuya aplicación en nuestro país puede ser una respuesta atractiva para enriquecer el proceso de enseñanza-aprendizaje en nuestro país, veamos un par de ejemplos:

Una guardería en Inglaterra ofrece como propuesta principal enseñar al niño basado en el juego pero con el diferenciador de que se realiza en contacto estrecho con la naturaleza, está localizada cerca de un bosque en donde se le permite al infante jugar con palos, observar gusanos, conocer distintos tipos de musgos y hongos. El seguimiento a la educación se da mediante procesos de reforzamiento de los profesores quienes apoyan al niño para que refuerce sus intereses.

En Dinamarca nos comparte acerca de cierta institución que cuenta con 124 alumnos pero que tiene sólo un empleado (el chef) y 14 maestros, la limpieza por ejemplo corre por cuenta de los estudiantes y el entorno de aprendizaje está basado en la relación cercana y el seguimiento que tienen los maestros en conjunto con sus estudiantes. Es tal el éxito de esta institución que la matrícula ya está agotada por los próximos tres años.

Este par de ejemplos son una muestra de que la innovación educativa es una apuesta segura cuando está soportada en un interés superior por la educación ya que empuja a generar modelos pedagógicos y didácticos que son atractivos para el estudiante y que además promueven la fundamentación del futuro profesional integral, sería interesante que los directores y rectores de nuestras instituciones se dieran la oportunidad de aprender estas experiencias para promoverlas dentro de sus muros, nuestros estudiantes y sociedad nos lo merecemos.

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