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Déjenme dormir

Por Mafer G. Garnica / /
Déjenme dormir
Foto: Especial

interior cronicaface

Tenemos una suerte para los vecinos molestos, con cero educación y no somos exagerados, pero esto en realidad es una cruz que yo cargo jajaja, les diré que incluso viviendo con mi mamá tenía esa mala fortuna.

Vivir en un departamento ya de por sí es complicado, ahora imagínense tener como vecino a un tipo grosero que se creía íntimo amigo de diputados, alcaldes ¡y hasta gobernadores! OBVIAMENTE no lo era, tuvimos a bien apodarle “el chale” pues para todo decía así.

Con él, más de una vez tuvimos problemas pues de niños nos asustaba, nos aventaba agua, azotaba el portón, se salía a gritarnos a su patio todas las mentadas de madre posibles, pero la peor parte me la lleve una vez que regresaba de algún lugar al medio día y ¡oh sorpresa, la puerta estaba totalmente abierta y él desnudo! cómo pude subí corriendo las escaleras, y hasta hoy no superó ese trauma.

Ya con mi pareja otraaaa vez me tope con malos vecinos, estos se creían dueños de la calle, ocupaban cualquier espacio vacío para poner los coches de sus invitados cuando jugaba el América o había fiesta con ellos, si se nos ocurría salir, sabíamos que al regresar tendríamos que tocar para que nos hicieran el favor de quitar el coche de nuestra entrada.

Pensábamos que con la mudanza nos cambiaría la suerte y así parecía, no pasaba de oler carne asada todos los días a cualquiera hora, hasta el miércoles pasado, ahí comenzó la pesadilla pues los dos primeros días el ruido era hasta las 2 de la mañana, como plus nos chutamos los hermosos cánticos de la vecina, pero el colmo fue el viernes, ese día pensé ¡hoy si podré descansar! corte A, el vecino prendiendo dos asadores, poniendo sillas por todos lados (con todo y que hay palapas que se pueden rentar), el escándalo era medio tolerable y me pude comenzar a dormir hasta que, ¡cómo no aquí su grupo norteño les da las gracias por su preferencia!, ¡Netaaaa! así estuve oyendo corridos hasta las 3 de la mañana que logré dormir, pues la fiesta siguió hasta las 10 de la mañana del sábado.  Claro, ellos durmieron plácidamente el resto del día.

Yo no sé, si sea una maldición la que me persiga, pero ya pagué este fin de semana cualquier escándalo en el que pudiera haber participado ¡Se los juro!. Aún no logro reponerme de las desveladas patrocinadas por mis nuevos vecinos.

Ustedes sean buenos vecinos, no se pasen, o si viven el mismo calvario que yo hablen con ellos, aunque desgraciadamente pocos toman conciencia de lo que uno les dice.

Mi Twitter @mafergarnica 

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