El proceso legal contra Lalo Rivera y la perdonadera de vidas

La verdad yo no tengo el temple de Lalo Rivera para perdonar todas las que le hizo el morenovallismo durante más de un sexenio.

O tal vez hubiera fingido demencia y ahora mismo estaría tramando mi plan para vengarme de la traición de Miriam Mozo por venderme por un millón de pesos, de Javier Lozano por dejarme fuera del grito, de Gerardo Maldonado por rechazar la alcaldía... y de Moreno Valle ¡ni se diga!

Estaría pensando cómo aplastaría a cada uno de ellos ahora que llegara de nuevo a la Presidencia Municipal, pero yo soy un alma vengativa y Lalo parece ser un buen hombre.

Tiene la piel muy gruesa ¡mira que aguantar tamañas groserías de la gente en la que él mismo confió para darles un coro de poder!

Dicen que ahora sí aprendió la lección, que para blindarse ha pedido colocar a su planilla completa de regidores más siete diputaciones locales por si de nuevo se la quieren armar en el Congreso.

Veremos ya en la repartición de candidaturas si así fue.

Pero ese no es su problema más grande, ahora se debe enfrentar a solventar su cuenta pública y además a evitar que se siga transmitiendo el mensaje de que negoció la aprobación a cambio de la candidatura.

Es lo que todos interpretan, Lalo Rivera aceptó ser candidato a cambio de que el morenovallismo le quitara el pie y lo ayudara a pasar su cuenta pública 2013.

El caso es que en ese afán, de salir vencedor, rechazó la oferta de la dirigencia nacional para ayudarle con su asuntito.

Le sugirieron entregar la documentación que faltaba y ellos encargarse del resto, echarle una manita, pero cuentan que lo rechazó.

Que muy valiente dijo que él va a seguir su proceso, seguro que ahora sin las trabas del morenovallismo lo va a ganar.

Y más le vale porque que el PAN se quede sin candidato a media contienda, como temía Martha Erika Alonso, sería atroz.