A José Juan lo quieren hasta expulsar de Morena

 

José Juan Espinosa se ha ganado el repudio de los más altos mandos de Morena a nivel nacional por mentiroso y por haberle robado reflectores a Andrés Manuel el día que visitó Palacio Nacional.

El 3 de julio, como todos recordarán, José Juan descubrió el centro de operaciones del PAN en el hotel MM en Puebla.

Estaba seguro que se convertiría en héroe nacional de Morena, ya se veía gobernando el país al lado de López Obrador después de su acto heróico.

Había descubierto, según él, el fraude del siglo, el lugar donde “se imprimían boletas y se llenaban urnas a favor de Martha Erika Alonso”.

Escribió mensajes al dirigente de Morena, Gabriel Biestro; a Fernando Manzanilla y a Armenta, para presumir su gran hallazgo.

Pero un mensaje fatal fue el inicio de la tragedia. Palabras más, palabras menos, José Juan puso: “Este es el último mensaje que les puedo mandar, me tienen secuestrado”.

¡Claro! Fernando Manzanilla, Biestro y Armenta corrieron encantados con la versión falsa del secuestro de José Juan.

Se ve en los videos de las cámaras del hotel MM que José Juan no estaba secuestrado, él había entrado por su cuenta y hasta fue quién le abrió la puerta a la turba morenista para que irrumpieran violentamente y se llevaran los paquetes.

Pero muy tarde se dieron cuenta del teatro, tan tarde que ya no había marcha atrás. Armenta y Manzanilla se fueron lentamente del MM, víctimas de la mentira, solo José Juan y Nancy de la Sierra se quedaron a intentar sostenerla al menos mediáticamente.

Espinosa recibió la llamada desesperada de César Yáñez, para que se retiraran, porque el hallazgo había sido violento desde un inicio. Los panistas golpeados, los platos y vasos rotos y las puertas destrozadas se llevaron la legitimidad.

Le pidió que dejaran ir a los panistas secuestrados en el lobby del MM, pero José Juan, a pesar de que ya había visto que se trataba de documentos oficiales y legales, se negó.

La negociación llegó entonces a los más altos niveles. Olga Sánchez Cordero habló directamente con el gobernador Tony Gali. Fue ella quien le dio la orden a Santiago Nieto de dejar libres a los panistas, él obedeció y fue a convencer a los pocos que aún quedaban de irse. 10 horas duró todo.

Pero ahí todavía no veían a José Juan como una amenaza para Morena, porque podría ser que tuvieran razón, con el fraude graduado desde los salones del MM.

Fue este viernes cuando la FEPADE dijo que no había nada ilegal ahí, que se dieron cuenta que el diputado local electo les había visto la cara y dejado en ridículo nacional.

No solo eso, su triufulca jaló los reflectores de la prensa nacional quien estaba concentrada en la visita de AMLO a Palacio Nacional.

Pero claro que JJ descubrió algo, la presencia de Israel Mancilla no era gratuita, es él quien en 2012 se encargó de inflar el padrón del PAN, un operador por excelencia, el problema es que hasta ahora no se ha podido demostrar específicamente de qué se trataba. 

También ha sido José Juan el único que sigue ferreo en la lucha con Barbosa, mientras que el resto de candidatos han dado la vuelta a la hoja y durante el fin de semana uno a uno han ido por su constancia. 

José Juan ahora dice que no aceptará la constancia de mayoría hasta que se acepte el triunfo de Luis Miguel Barbosa, o sea: nunca ¡vamos a ver si es cierto!

Mientras, en Morena nacional han plantado la idea de expulsarlo si sigue con un discurso que afecte los intereses y ensucie el triunfo de Andrés Manuel. 

Otros locos

Además de Roberto Eli Esponda, otros tres regidores de Claudia Rivera participaron en la trifulca del MM: Luis Acosta, Iván Herrera y Jorge Iván Camacho.

Todos ellos insitadores que propiciaron que panistas y autoridades de la FEPADE terminaran a punto de ser linchados por la turba.

¡Vaya Cabildo de trogloditas que nos espera!