Lo que el Centro SCT se llevó

Algo huele mal en el Centro Puebla de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.

Huele a negocios sucios.

Los afectados de, por lo menos, dos obras se encuentran en el limbo luego que el gobierno federal tomó parte de sus predios para realizar nuevas vialidades.

Hablamos de los casos a aquellos que fueron afectados por la construcción del Distribuidor D8, en la zona de Casa Blanca de la capital de Puebla, y también a quienes se les mocharon sus predios en la extensión de la carretera federal Zacatlán-Chignahuapan.

Vamos por partes.

La administración de Raúl Salvador Aguirre Valencia adeuda miles de pesos por todos lados.

En las dos obras se requirieron varios predios por lo que la dependencia entregó un contrato que debían de firmar sus propietarios, cediendo cierta cantidad de su predio antes de pagar siquiera un solo centavo de lo que en verdad valen tales bienes.

Tras varios años, mínimo dos, los propietarios de los predios no se han visto remunerados.

Y en muchos casos aparecen supuestos funcionarios —porque ni siquiera aparecen en su organigrama— ofreciendo arreglos.

Así ocurrió en específico con un afectado en el Distribuidor D8.

El trozo de tierra que cedió vale más de un millón de pesos. Y ya apareció un supuesto funcionario a decir que él le puede arreglar su bronca ante el Centro SCT.

Y claro, le van a pagar. Pero, en cambio, el propietario tiene que mocharse con el diez por ciento del valor de lo que el paguen.

Obviamente el dueño tiene miedo de perder su propiedad pues el fulano que se apareció dijo ser un ingeniero enviado el titular del Centro SCT, Raúl Salvador Aguirre Valencia.

En el caso de la ampliación de la carretera Zacatlán-Chignahuapan ocurrió lo mismo.

La carretera federal se extendió de dos a cuatro carriles, así que tomaron montones de metros. Los vecinos de la zona perdieron bienes sobre su predio y parte de sus tierras, y hasta la fecha no hay para cuándo les paguen.

Los predios están valuado entre los 200 mil y el medio millón de pesos.

En esa zona hay varios inconformes que ya están tomando medidas legales y aún no se aparece ningún funcionario para pedir la comicha, pero temen que jamás se llegue a un acuerdo y no vean ni un peso de todos sus terrenos perdidos.

Ahora bien, ¿sabrá de esto el titular del Centro SCT en Puebla?

O solamente usan su nombre para hacer negocios. ¿O el Centro es el de los negocios?

¿Cuándo le pagarán a la gente por sus predios?

Esperemos que sea lo justo y necesario.

Que ya no les den largas, y, de paso, no aparezcan los coyotes.