29 de Marzo del 2024

De esas veces que llegas a un lugar que no es

Por Yonadab Cabrera / /

yonachinguen ident

Espero no ser el único que corre para llegar puntualmente a un lugar y con el paso de las horas se entera que la cita esperada era en otro sitio. Se siente horrible, sobre todo porque quedas como pendejo, echas raíces en una oficina tan aburrida y sientes tanta adrenalina al saber que tienes que atravesar la ciudad en 15 minutos.

Rin, riiiin, riiiiiiiin, riiiiiiiiiiin (léase en tono de teléfono celular Motorola)

Sonó mi teléfono. Vi la pantalla... woooow es él, me está llamando.

Yo: ¡Holaaaaaa, sexoservidor a domicilio! ¿Cómo estás papi, papi, papi chulo, papi ven a mí? (léase en tono de esa canción de los 2000 que no recuerdo como se llama).

Albulito Mándes: Hola caramelito, mi terroncito de azúcar, mi algodoncito de azúcar.

Yo: Dime para qué soy bueno, papi, papi, papi chulo.

Albulito Mándes: Fíjate que mi candidato se registrará a las 11. Entonces te hablaba para ver si me puedes echar la mano cubriendo su registro.

Yo: Claro papi, papi, papi chulo, ya sabes lo que me pidas.

Albulito Mándes: Bueno ya sabes cómo te pegaré.

Yo: Mmmmmm, ya estoy mojado.

No se espanten, así me llevo con él. Eran las 9:30 de la mañana cuando me llamó y por quedar bien con mi gran amigo, ya ni me bañé, no me rasuré, ni me cambié los calzones. Con eso les digo todo, había planeado iniciar mi gran día laboral como a eso de las 12 del día.

Salí corriendo de mi casa sin desayunar, sin lavarme la cara y los dientes y llegué al IEE a las 10:30. Es decir, media hora antes de que fuera el registro oficial del candidato de mi amigo.

—Hola amigo del IEE, hola señor autoridad del IEE ¡Holaaaaaaa Juan Pablo Mirón! (léase en tono de los hermanos Warner), hola policía del IEE, hola computadora, silla, escritorio y amigo Mike— fui saludando a todos y todo lo que estaba a mi paso, supongo que andaba de buen humor.

Yo: Amigo ¿Igual vienes a los registro?

Mike: Pues solo me mandaron al del candidato del PSI a San Andrés Tobula que estaba programado a las 10 y no ha llegado ¿Tú igual vienes a ese?

Yo: No amigo, no sabía que había más registros, yo venía al del candidato del PRI por Zacapatalán. Me dijeron que es a las 11.

Mike: Ah pues no sé si haya otros, quién sabe.

Llegó el candidato del PSI, se tomó las fotos, le echaron porras, le recibieron sus papeles los consejeros electorales, la esposa lloró, él casi se desmaya, hicieron todo su arguende y se fueron.

Supuse que pronto llegaría el candidato al que tenía que cubrir. Mientas, los empleados del IEE recogieron las sillas, apagaron el audio, las luces y cerraron la sala de sesiones —¿Qué raro, para qué hacen todo eso si en unos minutos van a tener que montar todo de nuevo?— fue una pregunta legítima que me hice a mí mismo.

Los del IEE me atendieron como rey, pero me veían muy extrañados de mi presencia en un día en el que no habría mayor movimiento. Era como en aquellas veces que estas de visita en una casa y la familia ya se quiere dormir, pero tú no te vas.

Y como en todo ese lapso me trataron como rey. Me dieron agua, refresco, sabritas, galletas, churritos, chicharrines y hasta una nalgadita amiguera, no me preocupé por el tiempo, mis otros eventos o por la vida misma.

—Mmmm, son las 11:30 y no llega. Tal vez ya no tarda— pensé mientras veía el reloj, platicaba por Whatsapp y leía todo lo que anotaban en el chat de CENTRAL. Nada relevante, pero así llegaron las 12, 12:15, 12:30, 13:00 y justo a las 13:15 me percaté de que llevaba todo el día allí.

—Ay caray, ya llevo casi tres horas y no aparece el candidato. Le llamaré a Albulito Mándes.

Yo: Papi, papi, papi chulo, papi ven a mí.

Albulito Mándes: Mi galán de galanes ¿Qué pasó?

Yo: Papi, mi terroncito, mi cabeza de mantecada Bimbo, no veo al candidato, a qué hora llega.

Albulito Mandés: Mi rey, mi vida, mi caca podridra, el candidato está ahí desde las 11:30.

Yo: No, ya lo busqué y no está, no lo veo y en el IEE no tienen aviso de que venga otro candidato a registrarse.

Y aquí hagan sonido de película de terror.

Albulito Mándes: ¿En dónde?

Yo: En el IEE.

Albulito Mándes: No papá, no, noooooooooooooooooo... está en el PRI, de hecho está por registrarse. Es en el PRI, en el P...R...I. PRIIIIIIIIIII.

Yo: ¡No maaaaaaames! Yo pensé que en el IEE, como dijiste que se registraría.

Albulito Mándes: Sí pero como candidato al PRI.

Yo: Aaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhh, voy para allá.

Y salí corriendo, ni me despedí, aún no cerraba la puerta de mi carro y ya había arrancado. Corrí como Toreto —¡Quítate Juan Topo! ¡Quítate don lento! ¡Quítate ciega! ¡Hazte a un lado tortuga!— y así me fui atravesando la ciudad para llegar de IEE al PRI, hasta el otro lado de nuestra bella, insegura, siempre bacheada y llena de tráfico Puebla de Zaragoza.

Moría de sueño, aburrimiento, estaba mareado, veía lucecitas, ya no tenía fuerzas, me sentía en otra dimensión y traía raíces de árbol de todo el tiempo que estuve perdiendo en el IEE, pero al fin llegué.

Y cuando llegué el candidato... el candidato ya se había ido.

Moraleja: es importante la comunicación, siempre pregunten bien los datos.

¡Claro! Chinguen al guapo.

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