19 de Abril del 2024

Cuando ya no vales nada

Por Yonadab Cabrera / /

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Ya lo decía yo, en el pecado y el nombre llevo la penitencia.

Como dicen las mujeres de antaño, todos tenemos una cruz que siempre cargaremos y arrastraremos.

Algunas creen que su cruz es su marido huevón y patán, otras que puede ser su hijo el haragán y otros más como yo, tenemos que cargar con nuestro nombre.

Es como ese meme de la rana René “A veces escribo mi nombre y me dan ganas de ponerle así a mis hijos, luego me acuerdo de que lo escriben mal, no lo saben pronunciar o me confunden con una mujer y se me olvida”.

Sí, si tuviera descendientes jamás les pondría YONADAB tantas penas he pasado a pesar de lo bonito del nombre, tantas humillaciones y bulleo  que he desistido.

Y sobre todo cuando te has esforzado por ser un macho alfa, pelo en pecho, lomo plateado, un deportista de alto rendimiento, que gusta de los riesgos, de los deportes extremos, llega alguien a cagarla y ya no te toman en serio.

Cómo me van a tomar en serio cuando por mi nombre muere toda la seriedad. Nunca podré destacar en los Olímpicos, en el fut, como escalador, hipnotizador de víboras, nadador con tiburones o un gran gimnasta, si me desarman al confundirme con mujer.

Verán mis estimados lectores: a inicios de semana me inscribí para un trail, o sea una súper carrera campo traviesa o más bien montaña traviesa Popo-Izta, en la que tienes que desafiar los más tortuosos 16 kilómetros que te puedas imaginar.

Para registrarme tenía que escribir mis datos personales a través de Whatsapp al organizador de evento: Yonadab Cabrera Cruz, 34 años, 1.80 cm de altura, 82 kilógramos, test blanca, guapo y de bonito cuerpo, 90-60-90, y el señor solo confirmaba con palomita en azul, dedito arriba o un aoc.

Pasaron las horas y no llegaba el mensaje esperado, no había señal alguna de que fuera aceptado al súper trail que te obliga a cruzar por nidos de víboras, pantanos de cocodrilos, rocas llenas de escorpiones, árboles habitados por buitres. Primero caí en la desesperación, luego en el enojo y al final vino la tristeza y depresión.

Hasta que por fin sonó la alerta de Whatsapp —Tiiiiin— era él, por fin me había contestado, ahora ya tenía certeza de que no me quedaría fuera del trail. Lo malo es que me dejaron un mensaje poco alentador que dice más o menos así: Hola Yonab, eres el folio 273… bienvenida”.

Jajajajajaja para empezar mi nombre no es Yonab sino Yonadab y segundo soy hombre no mujer, en mi Whatsapp está mi foto, la foto de un muchacho guapo y atractivo ¡Dios! Por qué me pasa esto a mí, acabaron con mis ilusiones de erigirme como un deportista profesional y serio.

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Moraleja: Omitan los nombres poco comunes y complicados.

¡Claro! Chinguen al guapo.

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