Imprimir esta página

¿Y quién les cree "Por el bien de México"?

Por Daniel Fajardo Patrón / /

Lejos ha quedado la identidad de un partido político y la filosofía que lo sustenta. Si de por si era complicado que un ciudadano comprendiera la diferencia entre uno y otro, en la actualidad ésta es menos notable cuando de la noche a la mañana un político cambia su representación por la de otro partido.

¿Cuál es el proyecto?

¡No puede haber tanto desencanto! ¡Y más cuando un político se suma a la casualidad del partido que tiene mayores posibilidades de obtener el triunfo!

¿Qué credibilidad podemos tener de alguien que ante cualquier oportunidad critica a un partido y simplemente, como borrando el pasado, al otro día busca formar parte de su proyecto?

La lucha que un político debe hacer en primer lugar está hacia el interior de su mismo partido, a final de cuentas cuando se ingresa a uno y se hace una trayectoria dentro del mismo, cambiarse a otro no debe ser nada sencillo, al menos no tanto como nos lo venden las acciones que se realizan previo a un proceso electoral. ¿Conveniencia o casualidad?

Independientemente de las causas que tales actos nos comunican, un partido no se trata solamente de una marca, detrás de éste está una ideología, un proyecto de gobierno, una manera de interpretar la realidad que nos rodea y la forma en la que debemos trabajar para transformar a un país.

En las plataformas, cada uno tiene diferencias muy marcadas, que al menos a mi, si estuviera en su caso, antes de transformar y dar un giro de 360 grados a la manera en la que decido trabajar por mi país, intentaría resolver los problemas que existen en mi partido en lugar de simplemente saltar al barco de junto, sin una clara evidencia de congeniar con lo que otro partido promueve ideológicamente. Puedo exponer muchas situaciones que giran en torno a lo cuestionable en estas decisiones, la más elemental sería como derecho de réplica, señalar que cuando se entra a un partido no se entra por intereses personales sino por la identidad de la ideología que sustenta.

Analogía...Vendepatrias

Y precisamente recordando actos de traición que han ganado el mote de "vendepatrias" un político que simplemente salta al otro barco puede considerarse bajo este concepto porque a final de cuentas, la primer gran traición que se comete es hacia uno mismo al dejar a un lado los ideales personales solo por mantenerse en el sistema, dicho de una manera clara, por apostarle simplemente al ganador.

¿Conveniencia o casualidad? Una pregunta que sin duda todos tenemos al leer la nota de un nuevo político que realiza un acto como le dicen coloquialmente de "desbandada"; y es que mi punto en esta columna es subrayar la motivación que a una persona le hace ingresar a un partido, la inducción ideológica al mismo, un proceso nada sencillo y que es muy cuestionable al escuchar las razones con las que los políticos justifican sus cambios además de hacerlos en momentos que son aun más cuestionables.

Para rematar, el discurso políticamente correcto, "buscar el bien de México", "por el bien del país" "por un mejor futuro"

Si podemos exigir algo ético en todo este tema, omitan tratar de vender una idea de bien social cuando la motivación es más bien enfocada a un bien personal, retomando una idea citada unos párrafos antes "sin una clara evidencia de congeniar con lo que otro partido promueve ideológicamente", a todas luces es simplemente un acto de supervivencia tan sencillo como traicionar mis ideales para apostarle al ganador.

Comparte tu opinión conmigo en @danielfajardomx y www.danielfajardo.mx

ANTERIORES