En medio de aplausos y con todo el respeto que se merece un “Soldado Honorable”, fueron recibidos nueve niños con leucemia en las instalaciones de la Escuela de Sargentos en la 25 Zona Militar.
Los nueve pequeños salieron de las instalaciones del Hospital Militar con su propio uniforme y eran acompañados en caravana por sus familiares y sargentos encargados de su cuidado mientras el comandante de la 25 Zona Militar, Raúl Gámez Segovia ya los esperaba para darles la bienvenida.
A su llegada, todos los mandos que se encontraban se presentaron y les dieron una breve explicación del uniforme que portaban y para que servía.
Los niños pudieron subirse a los vehículos que estaban en el lugar y, aunque al principio estaban nerviosos, pronto fue visible su rostro de felicidad al igual que el de sus padres, quienes de inmediato comenzaron a tomarles fotos.
A pesar de que dos de los más pequeños del grupo tenían que ser trasladados en silla de ruedas y uno más se sostenía de una muleta para poder caminar, esto no impidió que soldados les dieron el recorrido por todas las instalaciones de la Escuela de Sargentos.
Visitaron los dormitorios, las albercas, el gimnasio, las aulas, el área donde se les realizan los exámenes, la biblioteca y el museo. En cada uno de los lugares se daba una explicación:
Ven las sillas muy juntitas, ¿pero qué creen? Nadie se puede copiar porque aunque es la misma materia a cada uno se le realizan preguntas diferentes”, les explicó un soldado.
Aunque en el camino algunos de los niños ya comenzaban a sentirse cansados, sus familiares explicaron que “se hacían los fuertes porque estaban muy contentos”.
Los niños pertenecen a la fundación Nueva Esperanza y aunque no es la primera vez que se le cumple el sueño de ser “Soldado por un día” a un niño que está enfermo y se encuentra en fase terminal, esta ocasión fue especial debido a que al programa entrarían 10 niños; sin embargo, una menor tuvo complicaciones y no pudo llegar.
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El 25 de enero del 2015, a Erika le detectaron leucemia. Su madre es originaria de Tehuacán y el director del DIF de ese municipio le recomendó mandar a Erika a la capital poblana a la fundación Nueva Esperanza.
Catalina, madre de Erika, comentó que cuando a ella le informaron sobre el evento se negó pues su hija de 9 años se encontraba en quimioterapias; después, la trabajadora social de la fundación le volvió a preguntar y Catalina le preguntó a la pequeña si quería ser “Soldado por un día”: me dijo que sí, estaba súper contenta cuando le dijeron porque le gustan mucho los soldados.” Aunque se están albergando en la fundación, Erika está siendo tratada en el Hospital del Niño Poblano: “ahorita anda un poquito cansada porque hoy en la mañana le tocó quimioterapia pero ella dijo que tenía ganas de venir”, relató su mamá.
Después de permanecer un largo tiempo en el museo y la biblioteca, los pequeños soldados honorables externaron que tenían hambre, por lo que de inmediato fueron trasladados al comedor, donde fueron recibidos con aplausos por todo el plantel de la Escuela de Sargentos de la 25 Zona Militar.
Se sentaron en la mesa principal acompañados por el comandante de la zona y uno de los niños dio la orden para que todos los presentes pudiéramos comer. Al fondo, música y un animador que pedía porras y aplausos para los pequeños soldados.
Aunque estaba preparada una ceremonia con desfile en la que les harían entrega de sus reconocimientos y obsequios, esta tuvo que ser suspendida porque comenzó a llover y los niños ya estaban cansados. Entonces, la banda de guerra entró hasta el comedor y en ese lugar, fueron condecorados.