Muchas personas piensan que poner agua en un vaso con whisky es un acto imperdonable, ya que altera completamente el sabor de la bebida. Sin embargo, también existen opiniones de que este debería tomarse según las preferencias personales; eso sin mencionar que la ciencia apoya completamente la adición del líquido como complemento.
Si están listos para conocer un dato curioso, tal vez sea hora de ponerse cómodos, servirse un vaso y comenzar con los experimentos.
De acuerdo con lo publicado en la revista Scientific Reports, existen investigaciones de la Universidad Linnaeus de Kalmar, en Suecia, que respaldan el acto agregar unas cuantas gotas de H2O a su trago. Mediante simulaciones por computadora, concluyeron que ciertas moléculas –en especial una conocida como guaiacol– tienen una interacción directa con el sabor y que en algunos casos, hasta despiertan nuevos aromas.
Es importante mencionar que NO todos los whiskies son compatibles con el agua. De hecho, hay un par de factores que nos podrían ayudar a identificar aquellos que se se caracterizan por tener una parte hidrófila (que sí puede combinarse con agua) y los que simplemente tienen un componente hidrófobo (que obviamente la rechaza).
Para conocer la diferencia no hace falta embriagarnos tantas veces sea posible, también podemos usar conocimientos generales. Los estudios dicen que el guaiacol usualmente se presenta en whisky escocés y que con el líquido adquiere un sabor ahumado. Por otro lado, los whiskies irlandeses y estadounidenses poseen menos de esta molécula, así que el complemento podría mostrar mejoras poco significativas en el sabor.
Los estudiosos determinaron que la molécula se localiza con mayor facilidad cuando la tasa de etanol en el whisky es de 45% o menos. Si dicha tasa alcanza el 59%, entonces el guaiacol se aleja de la superficie. Para ponerlo en términos simples, si su bebida es demasiado fuerte, es probable que no se note la diferencia en su sabor después de agregar un poco de agua.
Como la bebida es consumida primero en la interfase líquido/aire, nuestros resultados aclaran por qué agregar agua puede reforzar su gusto, dijeron los bioquímicos Bjorn Karlsson y Ran Friedman en su investigación. Comprender lo que ocurre a nivel molecular puede llevar a optimizar el gusto de esas bebidas”.
Si de plano no se les da eso de ocupar el método científico, simplemente pueden hacer sus propias pruebas empíricas. Es cuestión de que se sirvan una copa y agreguen unas gotas de agua para saber qué tipo de brebajes saben mejor. Sólo recuerden que demasiada sed de conocimiento podría ser dañina para su organismo.