En algún punto de la vida a todos se nos ha cruzado por la cabeza la pregunta “¿Y ese chico vestido de negro cómo aguanta el calor?, o incluso hemos recibido este tipo de comentarios cuando se nos ocurre vestirnos de esta manera en un día con mucho sol.
A pesar de que se sabe sobre el fenómeno de refracción de la luz, en el cual los colores claros refractan o reflejan la luz, y los oscuros la absorben, aquí te damos una explicación más profunda de por qué vestir tonos oscuros en un día de sol...
La luz se compone por una una serie de ondas que corresponden a los colores que conocemos y que calientan los objetos, aumentando su temperatura. El blanco es blanco porque ningún color impregna en él, el rojo lo ves rojo porque del espectro de colores de la luz se queda con todos menos con ese, el cual se rebota y es perceptible para nuestra vista.
Ahora bien, el negro, se queda con todas las ondas de color que tienen la luz, por lo que absorbe la radiación hasta en un 98% y por lo tanto, el calor... A pesar de que la teoría es clara y que el blanco es perfecto para mantener menos el calor, existen otros factores de los que depende la temperatura como tu cuerpo y el calor que sale de tu piel que atraviesa la ropa antes de liberarse... Sin embargo, el color blanco hará que el calor de tu cuerpo rebote en la tela, incidiendo de nuevo en tu piel.
Por el contrario, la ropa negra absorberá tu calor y el aire exterior se lo llevará, por lo que regularás la temperatura de tu cuerpo y te sentirás fresco. Pero debes tener en cuenta otro aspecto, si la ropa es ajustada y no hondea al viento, la convección funcionará en menor medida.
Consejo final: si vas a usar ropa ajustada en un día caluroso, usa blanco; si hay brisa, usa algo holgado y negro, y así evitarás sentir que te derrites.