Tragedias

Puebla: cuando importa más figurar que un balazo en el corazón de un bebé

- Foto: Especial

El periodista Alejandro Fuentes publicó este viernes en HuffPost México su columna donde critica a las autoridades poblanas por las “frívolas” declaraciones sobre el caso del asesinato de un niño de dos años en un presunto asalto a su familia ocurrido el 2 de mayo sobre la autopista México-Puebla 

Por HuffPost México

/ Puebla, Puebla

Tengo un bebé, una hija adolescente y uso la autopista México-Puebla a la altura de San Martín Texmelucan con mucha frecuencia. A veces la transito de noche. Sí, pude haber sido yo la víctima de este atentado que nos ha indignado a todos. En cierta medida, también soy víctima; en cierta medida, lo somos todos. ¿O acaso los miserables que cometieron este crimen no nos robaron otro fragmento de nuestra ya precaria confianza en la ley?

Si usted transitara en los próximos días por esa zona y de repente lo invaden las ganas de orinar, ¿no dudaría antes de detenerse incluso en un espacio 'seguro' como una gasolinería? Y aquí hay una parte importante del asunto: a la crisis que enfrentan las autoridades de Puebla -un estado que hasta hace pocos días no figuraba en el imaginario colectivo nacional como uno de los focos de crímenes de alto impacto-, las autoridades han respondido con frivolidad y descuidos en el manejo de la información.

El principal responsable de las respuestas oficiales desde Puebla ha sido Victor Carrancá (@vcarrancab en Twitter), el fiscal general del Estado. Este hombre es abogado con larga carrera en la administración pública, pero también en la docencia. Durante el periodo de Cuauhtémoc Cárdenas frente al entonces GDF fue subprocurador de Procesos en la Procuraduría General de Justicia del D.F., proviene de una familia reconocida en el ámbito de las leyes y de la cultura, por lo que resulta inexplicable que sus declaraciones muestren la torpeza propia de un funcionario novato o de un arribista incompetente.

Si hubiera sido cierto que el señor Hilario Vázquez pertenecía a una banda de robo de combustible, parecía que tácitamente se aceptaba que merecía una represalia de este tamaño.

La primera explicación extraoficial del crimen ya era desconcertante: decía que podía tratarse de una venganza entre huachicoleros; medios poblanos, como La Página Negra, recogieron la versión. Lo sorprendente ahí es que haya pasado tanto tiempo antes de que el fiscal saliera a dar una explicación que desmintiera rápidamente lo que se había esparcido, principalmente por las implicaciones en la procuración de justicia. Si hubiera sido cierto que el señor Hilario Vázquez pertenecía a una banda de robo de combustible, parecía que tácitamente se aceptaba que merecía una represalia de este tamaño. La invitación a la indiferencia frente a la atrocidad. El lavado público de manos. La impunidad como acuerdo social.

Muchas horas después, cuando el caso ya alcanzaba niveles de escándalo nacional, salió, entonces sí, el fiscal a hacer declaraciones que le hacen un flaco favor a las investigaciones. En distintos medios, Carrancá dijo que el móvil puede estar relacionado con el robo del vehículo debido a que ese tipo de pick ups son las que usan los huachicoleros para el trasiego de combustible. Demasiada gimnasia mental para un funcionario cuya labor es investigar, no especular públicamente. Demasiada inclinación hacia la simplificación de un hecho tan grave.

Cuando los periodistas lo cuestionaron sobre los niveles de saña, que no coinciden con el objetivo inicial, su respuesta fue de un alto nivel de frivolidad: "Pudo ser gente bajo los efectos de las drogas". Claro. Alguien con más imaginación diría que pudo ser gente perteneciente a una secta satánica. O que se trataba de enfermos mentales recién escapados de una institución. O de extraterrestres. Vamos, mi punto es que la labor del fiscal era, y es, hablar sobre la investigación, no sobre hipótesis, y más cuando habían pasado tantas horas.

Y ahí otro punto crítico: cuando ha hablado de las investigaciones, parece tener información que no lleva a otra cosa sino a la acción. ¿Por qué si saben todo no hacen nada? Primero dijo que revisarían las cámaras de la caseta de cobro, y cuando no encontraron evidencia de los autos que transportaban a los agresores surgió otra parte indignante: para evitar las revisiones del arco de seguridad, los delincuentes abren huecos en los muros de contención de la autopista para entrar a los poblados. Sí, la custodia de la autopista es una tarea de la Policía Federal, y es como el fiscal justificó la inacción, pero, ojo, una vez que los delincuentes salen de la autopista, y sobre todo si están quebrantando la ley, ya son parte de su jurisdicción y por lo tanto de su responsabilidad. Moyotzingo, el pueblo al que se internaron, de acuerdo con los dichos del mismo fiscal, no tiene millones de habitantes.

La labor del fiscal era, y es, hablar sobre la investigación, no sobre hipótesis, y más cuando habían pasado tantas horas.

Yo tuve la oportunidad de hablar con alguien local, quien a condición del anonimato me contó que es muy común que los delincuentes suban en esa zona a asaltar a la gente que viaja en el transporte público. "Les roban a las personas y a las mujeres las manosean mientras están robando". ¿Coincidencia en el modus operandi? Y, adivinó usted, no denuncian porque "nadie hace nada y nos tienen amenazados".

De la frivolidad a la incompetencia, de la incompetencia a la incertidumbre: Néstor Camarillo, alcalde de Quecholac, el municipio de donde es originaria la familia Vazquez, declaró que el asesinato del bebé se dio cuando Hilario Vazquez forcejeó con los criminales y le dispararon, pero erraron el tiro y este fue a dar al lugar donde estaba el menor. Camarillo, un joven político priista con claro interés en difundir su imagen (http://nestorcamarillo.com/) dice que es amigo de la infancia de Hilario, a quien describe como un albañil cuya especialidad es pegar azulejos.

En contraste, la fiscalía sostiene que el niño murió cuando Hilario estaba sometido afuera, las mujeres cerraron las ventanillas, pusieron seguros a las puertas y los asaltantes trataron de intimidarlas disparando a la ventana. Una bala atravesó el pequeño corazón del bebé, según la autopsia. ¿Por qué hay versiones diferentes de un mismo hecho entre dos personas supuestamente objetivas? ¿Quién da la versión correcta? ¿Quién lo hace para figurar en los medios y quién para cooperar en la resolución del asunto? Y más: ¿Quién da la cara por el robo del auto? ¿Por el abuso sexual de dos mujeres? ¿Por el asesinato de un bebé? Sí, el asesinato de un bebé con un disparo de arma de fuego, así como lo lee usted.

De no ser por la relevancia que ha alcanzado el caso, ningún funcionario importante estaría ahí. Pero están los medios y es la oportunidad de aparecer en la foto. No de resolver, aunque ese sea nuestro trabajo. A figurar, que la cobertura se va a acabar. Aunque digamos tonterías; aunque sesguemos o entorpezcamos las investigaciones. Aunque empecemos a notar que una mafia comienza tomar el control de un estado.

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