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Tragedias

¡Épico! Vendedor de gelatinas y “viene viene” protagonizan pelea en Puebla

- Foto: El sol de Puebla

Los Técnicos en Urgencias Médicas atendieron a los golpeados y después, los oficiales, detuvieron al presunto agresor

Por El sol de Puebla

/ Puebla, Puebla

Después de agarrase a golpes, alterar el orden público y movilizar a cuerpos de emergencia, un vendedor de gelatinas y un franelero terminaron por dejar las cosas así y continuar con sus respectivas actividades, la mañana del pasado viernes en la colonia Centro.

Pese a que algunas gelatinas terminaron con sangre y esquirlas de cristal, pues durante la gresca fue dañada la vitrina en la que son transportadas, un joven que pasaba por el lugar, insistió en comprar la que se encontraba en buen estado, lo cual asombró y causó extrañeza entre algunos testigos.

Rosendo Sarmiento, de 50 años de edad, vendedor de gelatinas; y Efrén García, de 58 años, de ocupación franelero, protagonizaron ayer una pelea en la cual ninguno de los dos se dejó vencer. Mientras uno utilizó la hebilla de su cinturón, el otro, a patadas y puñetazos le respondió a su contrincante. Lo anterior, sobre la avenida 21 Poniente y 3 Sur, frente al número 304.

Efrén aseguró a este medio que Rosendo siempre pasa por dicha calle para agredirlo sin motivo alguno, pero ayer, aunque sabía que él saldría perdiendo más, se defendió. En contraste, Rosendo dijo que las cosas no eran así, que él luego pasa por el lugar para regalarle al franelero una gelatina. Este viernes quiso hacer lo mismo, pero fue recibido a golpes.

Por el motivo que haya sido, los dos sujetos discutieron, se golpearon e incluso resultaron heridos, por lo que paramédicos de la ambulancia 081 de SUMA, fueron enviados a la zona para atender a estos dos varones. Policías estatales también acudieron al sitio, donde universitarios dieron cuenta de lo sucedido.

Los Técnicos en Urgencias Médicas atendieron a los golpeados y después, los oficiales, detuvieron al presunto agresor. El vendedor de gelatinas, luego de recibir la atención prehospitalaria, bajó de la unidad médica, tomó su vitrina con gelatinas que resultó estrellada y se acercó a la patrulla donde se encontraba el franelero para reclamarle y exigirle que le pagara los daños por la golpiza que le propinó.

Mientras el “viene, viene” se negaba a responder por lo anterior, el gelatinero insistía en hacerlo pagar sin ir ante el agente del Ministerio Público; testigos y curiosos observaban cuál sería el desenlace de esta historia.

Durante la espera, la gente quedó sorprendida por un joven que se aferró en comprar una gelatina, pese a que el vendedor le advirtió que a su producto le habían saltado algunos vidrios y sangre. Con detalle, el comprador vio una de las gelatinas que no salió afectada y la pidió.

Con cara de desconcierto, al gelatinero no le quedó más opción que venderla. Después de todo lo anterior y de convencerse de que no llegaría a un acuerdo pero tampoco cedería acudir al Ministerio Público, prefirió irse con la cara y la camisa ensangrentada.

En tanto, el acusado al no haber quién lo señalara formalmente, fue puesto en libertad.

Con información de El sol de Puebla