El pasado lunes, una turista grababa a un pez que parecía haberse quedado varado en la orilla de un riachuelo en Cape Tribulation, en el norte de la región de Queensland (Australia), cuando, de repente, un cocodrilo de casi dos metros de longitud saltó frente a la cámara. La joven publicó el momento en su cuenta de Facebook, junto a la imagen de la pierna de una amiga suya herida por el mordisco del animal.
Según informa el diario británico The Guardian, la víctima fue llevada inmediatamente al hospital y fue dada de alta esa misma tarde. La agencia de protección ambiental ha anunciado que este martes buscará al animal y que será "potencialmente" eliminado. El departamento de Medio Ambiente y Protección del Patrimonio del país ha vuelto a recordar a los visitantes que ninguna zona acuática puede ser considerada libre de cocodrilos.
Los ataques de estos animales son muy habituales en el estado de Queensland, donde vive la especie de cocodrilo más grande del mundo, el de agua salada (cocodrylus porosus). Este animal puede alcanzar los seis metros de longitud (más grande que un monovolumen) y superar la tonelada de peso.
En 2017 han muerto tres personas en Australia por ataques de estos animales: a principios de año, un hombre de 47 años desapareció en el Parque Nacional Kakadu cuando pretendía cruzar un río a pie; en marzo, otro varón de 35 fue arrastrado al agua por un cocodrilo de unos cuatro metros en Innisfail y en octubre, Anne Cameron fue atacada en su residencia de Port Douglas. Sus restos fueron encontrados en el estómago de un cocodrilo de 4,3 metros.