A la trabajadora de la BUAP, Maricela Celia Miranda Rosas el terremoto le impidió llegar al cumpleaños número 9 de su nieta.
La mañana del 19 de septiembre le marcó para desearle lo mejor y le prometió una celebración familiar con su pastel. Ella nunca llegó.
Maricela murió como una heroína porque le aterraban los temblores. El primero que ocurrió el 8 de septiembre le provocó una fuerte crisis nerviosa
Estábamos en la casa todos y no la podíamos calmar del miedo que tenía”, dijo su hija Diana en entrevista con Página Negra
Sin embargo, el pasado 19 de septiembre tomó fuerzas y ayudó a los alumnos de la preparatoria “Lázaro Cárdenas del Río” para que salieran ilesos.
Me han escrito los alumnos de la escuela para decirme que gracias a mi mamá están vivos, son comentarios como: Ella me jaló del brazo, sino hubiera sido por ella no estaría aquí; Dio su vida por otros, los ayudó”.
Buscaron a Maricela en las redes sociales
El 19 de septiembre, el día del sismo, Maricela Celia Miranda Rosas estuvo por varias horas desaparecida. Los amigos de su hija comenzaron una intensa búsqueda a través de las redes sociales.
A mi tocó vivir el temblor en el Parque Loro en el festejo de mi hija, en ese momento, me quedó incomunicada. Cuando logro salir del lugar y vengo a casa para ver cómo está mi abuelo y pregunto por mi mamá. Yo estuve buscando como comunicarme con ella, le llegaba los mensajes pero no respondía”.
Diana recorrió un camino por más de hora y media para llegar a la institución, ubicada en el Centro Histórico.
El silencio y la mirada de un compañero de trabajo de Maricela le dijeron todo.
Hija, no se pudo hacer nada. Hubo un accidente en el temblor. La marquesina de una parte del edificio se le vino abajo”, le dijo el trabajador de la BUAP a la joven madre.
Diana comentó que no pudo reaccionar a la muerte de su madre: “Yo no lo creía, yo trataba de aceptarlo. Aún no lo acepto”.
Estaba estudiando Comunicación, pero antes reparaba velocímetros
Maricela tenía 49 años de edad y su mayor ambición era ser licenciada en Comunicación, le faltaban dos años para concluir la carrera profesional.
Ella es originaria de la ciudad de Puebla y a los 37 años tuvo que aprender a reparar velocímetros para atender el negocio de su esposo, que había muerto por una enfermedad. 5 años se dedicó a ese oficio, mientras, terminó una carreta técnica como “procto dentista”.
La mujer toda su vida vivió en la colonia de San José Mayorazgo y su constancia le hizo buscar en 2008 un trabajo como intendente en la BUAP. Dos años estuvo laborando en los periodos vacacionales hasta que consiguió la plaza.
A ella le gustaba todo lo relacionado con la televisión y la radio, tenía cercanía con la gente, tenía amistades, esa era su pasión. Iba a iniciar sus prácticas en un periódico, ya lo estaba platicando. Su deseo era poder estar en radio BUAP”.
Los restos de Maricela fueron incinerados y resguardados en la iglesia de Inmaculada Concepción junto a su madre y abuela.
Como siempre lo quiso en vida, no tuvo funeral y los próximos 9 días habrá una misa a las 7 de la tarde en su memoria.