Un supuesto conductor de UBER fue acusado de drogar y asaltar a un joven que salió de un bar en la zona de Sonata, según denuncio la hermana del afectado.
La joven, que prefirió omitir su nombre y el de su hermano, aseguró que si bien es verdad que este había tomado un poco, era imposible que perdiera el conocimiento y no recordar lo sucedido.
La hermana del afectado contó a PÁGINA NEGRA que el joven acudió este fin de semana a la inauguración de un bar en Sonata. Ya por la madrugada, aproximadamente a las 2:30, pidió un UBER para regresar a su casa, cerca del Tecnológico de Monterrey. Sin embargo, el joven llegó a su destino hasta las 4:00 de la mañana, siendo que el trayecto no era de más de 15 minutos.
Según dijo la víctima a su familia, el chofer lo asaltó en el trayecto, lo golpeó en las manos y la cadera para después abandonarlo en el Periférico Ecológico. Ahí pudo abordar otro taxi que, finalmente, lo llevó a su domicilio.
Mi hermano nos mandó mensaje para decirnos que ya iba para la casa y mi mamá se fue a recogerme a una cena. Nosotras dijimos: cuando lleguemos, él ya debe estar ahí. Pues no, nos dieron las 3:00, 3:30 y fue hasta las 4:00 cuando llegó y nos dijo que lo habían asaltado. Yo le estuve marcando y el celular sonaba apagado, yo pensé que se le había acabado la batería.
El afectado le contó a su familia que apenas mandó el mensaje, perdió el conocimiento. Al abrir los ojos, tenía al conductor encima de él, quitándole su celular y tarjetas de crédito y débito, de las cuales les intentó pagar mil 500 pesos en gasolineras.
Cuando el conductor se dio cuenta que el joven estaba retomando el conocimiento, lo aventó del auto y lo lesionó. Al no saber dónde estaba, comenzó a correr hasta llegar a un OXXO, donde le negaron ayuda pues pensaron que estaba drogado. Fue hasta que el conductor de un taxi se apiadó de él y lo llevó hasta su casa.
El joven le había dejado su reloj a manera de pago pues al conductor de UBER ya no le dio tiempo de quitárselo.
La hermana denunció que, al revisar el recibo de UBER, venía un cargo solo de 25 pesos, ya que el conductor canceló el viaje argumentando que el usuario tardó más de 15 minutos en salir. En ese mismo recibo no venía en nombre del conductor, ni el modelo y placas de la unidad, por lo que se comunicaron con la empresa después de denunciar el robo del celular y las tarjetas. La respuesta fue que no podían dar esos datos por cuestiones de seguridad.
Al acudir al Ministerio Público para que el joven fuera examinado, les dijeron que si podía interponer una denuncia pero deberían saber contra quién o las carácterísticas del vehículo.
Al día siguiente, fueron a entrevistarse con un vigilante de Sonata, quien vio abordar al joven en un Peugeot color plata; siendo este dato lo único concreto al respecto.
La hermana dijo que no tiene nada en contra de la empresa ni quiere que se tomen medidas drásticas, como el retiro de los permisos como ocurrió con Cabify, por lo que exigieron mayores filtros de seguridad porque, sabiendo que iba a tomar, su hermano no se llevó su auto, entonces “para estar más seguro”, se regresó en UBER.
Hasta el momento no se sabe con exactitud cómo fue que el joven perdió el conocimiento, tampoco tienen la certeza de que se presentara el mismo conductor que solicitaron.
Puede ser que alguien les haya intervenido la aplicación o que, efectivamente, mi hermano se tardó en salir y el conductor canceló el viaje y después llegó otra unidad pirata, pero hacemos la denuncia porque esto le puede pasar a otra persona”, finalizó la joven.