Jorge Armando Mendiolea Velasco está a punto de cumplir siete años preso por un crimen que no cometió. El joven de 30 años fue detenido el 14 de enero de 2011 y desde entonces su proceso está estancado, su error fue aceptar el auto del padre del entonces procurador Igor Archundia para venderlo, sin saber que era robado.
Pasó dos días desaparecido y todo ese tiempo estuvo colgado de los brazos en una bodega en San Martín Texmelucan, en donde fue torturado hasta que “aceptó” que él se había robado el auto, los judiciales que se lo llevaron lo hicieron firmar hojas en blanco que terminaron hundiéndolo en la cárcel.
En entrevista con PÁGINA NEGRA —al interior del penal de San Miguel— Jorge Armando Mendiolea relató que por pagar su defensa su familia se ha quedado sin dinero, tuvo que mudarse desde Monterrey, Nuevo León, de donde son originarios, para poder verlo mientras averiguaban cómo apoyarlo.
Ya perdí esperanza. Yo no conocía Puebla. Me acababa de mudar y me dedicaba a la compra y venta de carros usados. Mi error fue aceptar un carro sin revisarlo, según me dijeron el carro pertenecía a un familiar del procurador Archundia. Y aquí sigo. No sé para cuándo vaya a salir.
A Jorge Armando Mendiolea Velasco ahora lo conocen dentro del penal como “El Monterrey”, sigue teniendo el acento norteño, pasa sus días dentro del penal haciendo ejercicio y cocinando para otros reos. Está muy lejos de ser ese muchacho de 23 años que detuvo la entonces Procuraduría General de Justicia.
Este caso es parte del serial que presentará continuamente PÁGINA NEGRA de hombres que están en la cárcel por delitos que niegan haber cometidos, todos ellos sometidos a tortura para admitir sus crímenes.
Quince días colgado con cadenas en una bodega
Aunque el parte oficial señaló que Jorge Mendiolea fue presentado por elementos de la Policía Judicial junto con cuatro cómplices más el 14 de enero del 2011, a él lo detuvieron días atrás.
A mí me presentaron y no tenía nada que ver. Nada que ver con lo que me achacaban. Me detuvieron con mi hermana y mi novia cuando íbamos pasando por la Procu. No sabíamos qué pasaba. Solamente nos agarraron y nos llevaron ahí. A mí me golpearon cabrón, y a ellas las dejaron ahí. Después me volvieron a subir a otro carro y me llevaban con la cabeza agachada. Creo que me llevaron a San Martín Texmelucan porque pasamos la caseta.
Según relató Jorge Armando Mendiolea, pasó por lo menos 24 horas colgado con cadenas de un tubo en una bodega. Lo torturaron golpeándolo en el estómago, no probó bocado por horas y le aplicaban la técnica de la bolsa.
Me ponían una bolsa en la cara. Cuando ya estaba a punto de asfixiar la soltaban y me echaban agua. Me hicieron de todo. Pero lo que más me jodió fue las muñecas. Terminé marcado. Todavía se ve aquí, dice mientras señala a una de las muñecas.
El parte oficial
A Mendiolea lo descolgaron hasta que le admitió a los judiciales que haría lo que quisiera. Le hicieron firmar hojas en blanco y hasta el 14 de enero del 2011 fue llevado a la Procuraduría. Ahí volvió a ver a su hermana y su novia. Pero también le dijeron de lo que lo acusaban:
Cuando llegué me pusieron afuera de la Procuraduría con un chorro de carros. Ahí formado con todos los detenidos.
A Jorge, a su hermana y su novia lo presentaron con Carlos Alberto Técuatl Méndez, alias “El Charly”, 20 años de edad y otra mujer más. Todos los detenidos rondaban entre los 18 y los 23 años de edad. La prensa los tituló como “Juniors robacoches”,
De acuerdo con la información difundida por la entonces Procuraduría los detuvieron dentro de la casa número 169 de la avenida México-Puebla, en Cuautlancingo. El parte oficial señaló que ubicaron a Jorge Armando Mendiolea y a su novia Silvia fueron asegurados con una motocicleta y un automóvil reportados como robados.
Además el boletín oficial indicó que en otros dos operativos más se detuvo a Carlos Alberto Técuatl, su pareja y finalmente a su hermana Alma quien supuestamente ofreció dinero en efectivo para que no fuera detenida.
Nada de eso fue cierto. A mí, a mi hermana y a mi novia nos detuvieron por la Procu. No conocíamos a los otros dos detenidos. Nada nos cuadraba (…) Mi novia y mi hermana pudieron salir pero aquí sigo yo.
Juzgado dos veces por el mismo crimen
En mayo del 2016, cuando se encontraba cerca de salir de prisión le fue notificado por el juez que se había liberado otro auto de formal prisión por el mismo robo de vehículo.
Ahí fue que entendía que algo me achacaban grueso. Pero nada tenía sentido. Porque me detuvieron con un auto Mercedes Benz que no tenía nada que ver con el que me acusaban. Creo que era una camioneta pero pues mi error fue estar en el momento equivocad a la hora equivocada (…) Pues no hay de otra. Hay que aguantar.
A casi siete años de prisión, Jorge Armando Mendiolea no pierde esperanza de salir, aunque sabe que está complicado. Su familia está preocupada por él, ha gastado demasiado en su defensa.
Su vida eterna en el penal de San Miguel
“El Monterrey” pasa sus días en el penal de San Miguel cocinando, es uno de los reos que todos los días prepara la comida para sus compañeros.
Para ganar dinero se alquila para ayudar a sus compañeros que tienen concesiones de venta y con eso saca recursos para sobrevivir al interior del penal.
Mata el tiempo haciendo ejercicio en el simulado gimnasio que hay dentro del penal.