En su columna de El Financiero el periodista Raymundo Riva Palacio analizó lo que para él representa una seria crisis de divisionismo en el PRI que, en su opinión, daña a la campaña electoral de José Antonio Meade. Cito algunas frases del columnista:
√ “La precampaña presidencial de José Antonio Meade está crujiendo”.
√ “No está cuajando dentro del PRI de manera fácil, y no se sabe si el cronograma electoral del presidente Enrique Peña Nieto estimaba lo que está pasando”.
√ “La postulación de Andrés Manuel López Obrador por parte del Partido Encuentro Social, que nació con gen priista de Hidalgo, es una fractura apenas en el conflicto interno en el PRI”.
√ “Pero la brecha parece más profunda”.
√ “Paola Rojas entrevistó el miércoles al expresidente Carlos Salinas, en Televisa, quien afirmó que el PRI que gobierna hoy no es el que lo hizo durante 70 años”.
√ “Y cuando (Paola) le preguntó por quién iba a votar, Salinas respondió: ‘El voto es secreto’...”.
A Raymundo le parece que lo peor que podía pasarle a Meade era que Salinas de Gortari, en público, le negara su voto.
Yo veo la cosa exactamente al revés: lo mejor que podía pasarle a Meade era que Salinas se fuera con su sufragio a otra parte.
Salinas entendió que su apoyo, daña: por lo tanto, se lo negó al candidato presidencial del PRI.
Ojalá los estrategas profesionales de José Antonio Meade no convenzan al candidato de participar en reuniones de unidad en las que esté presente el tristemente célebre señor sin pelo que presumía ser de Agualeguas, Nuevo León, pero que en realidad nació chilango.
El único que debe estar molesto por el rechazo de Salinas a apoyar a Meade es Andrés Manuel López Obrador, que en pasadas campañas electorales ha rentabilizado como maestro de la optimización en ingeniería electoral el desprestigio del expresidente.
En fin, algún puntito subió Meade en las encuestas cuando el numeroso público que ve a Paola Rojas se enteró de que Salinas sigue en busca de candidato para entregarle su voto.