La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) detectó que en las estaciones migratorias y estancias provisionales de los estados de Oaxaca, Michoacán, Guerrero, Quintana Roo, Sonora y Veracruz, persiste la práctica de la tortura y el maltrato a los migrantes.
A través del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNPT), la CNDH constató que pese a las recomendaciones que hizo desde 2016, en esas instalaciones administradas por el Instituto Nacional de Migración (INM) continúa la violación de los derechos de los migrantes a un trato digno, a la salud y a la seguridad jurídica.
En un comunicado, el organismo detalló algunas de las carencias estructurales en dichos sitios, como instalaciones eléctricas inadecuadas, insuficiente iluminación y ventilación, falta privacidad en la comunicación telefónica, restricciones a visitas con personas del exterior, y ausencia de instalaciones accesibles a personas con discapacidad física.
También denunció que escasea el servicio médico, así como el suministro de medicamentos y material de curación, además de que faltan traductores y personal encargado de vigilancia, entre otros.
En su informe del año pasado (“La ruta del encierro”), la organización social “Sin Fronteras IAP” destacó que esos factores generan un impacto psicoemocional “grave”, que aumenta con el uso de “cuartos de castigo” que persisten en algunas estaciones migratorias.
Sin embargo, en el documento que la CNDH hizo llegar al INM se indica que hay avances en la materia, porque de las 56 situaciones de riesgo de tortura o maltrato observadas en el informe 7/2016, 18 fueron totalmente atendidas y diez cuentan con avances encaminados a su atención.
De acuerdo con la organización “Sin Fronteras”, entre 2005 y 2015 el INM puso a 2 millones 126 mil indocumentados –la mayoría de ellos originarios de Centroamérica– en centros de detención donde padecieron malos tratos y se les negó el acceso a solicitar asilo.