Desde el Juego de Estrellas en Campeche a mediados de junio, el licenciado Gerardo Benavides, dueño de los Pericos de Puebla solicitó informes a la Liga Mexicana para conocer los pasos a seguir en caso de un posible cambio de sede.
Fue allí cuando comenzó el presentimiento de lo que podría pasar con el actual campeón de la Liga Mexicana.
La compra de los Acereros de Monclova, el equipo norteño se convirtió en el favorito de Gerardo Benavides, y con justa razón. Había adquirido la franquicia de su ciudad natal y recuperado al equipo que había sido alguna vez de su familia.
A pesar de todo, la intención fue siempre tener un equipo competitivo para la División del Sur, con gente nueva, que a estas alturas en plena recta final de la campaña ya tiene una marca ganadora y está firme en el segundo lugar del Sur.
A Benavides no le gustó mucho la actitud que tomó la afición cuando decidió llevarse a la mayor parte de los jugadores campeones de los Pericos para reforzar a los Acereros de Monclova y poder competir en una División del Norte, donde se encuentran los verdaderos monstruos de la Liga Mexicana.
En protesta la afición se alejó del estadio, y aunque en las últimas jornadas parecen estar enchufándose con el equipo, el alto mando verde parece decidido a cambiar de sede.
Más todavía, porque siente que así como a la afición le importa poco el equipo, también a las autoridades parece que el beisbol no existe para ellos.
Desde hace varios meses se tiene el presentimiento de la marcha del beisbol de Puebla, y los informes que solicitó Benavides parece las sospechas podrían tomar forma de realidad.
Incluso se habla de posibles sedes a Ciudad Juárez y Nuevo Laredo, pero incluso en el Norte se en anda manejando que como José Meléndez radica en Laredo, Texas, y es el cerebro en la organización verde es muy posible que la franquicia se mueva a la frontera, y como sucedía en la época de los hermanos Reyes Madrigal el equipo juegue en los dos lados y revivan a los Tecolotes de los Dos Laredos.
Aunque también se dice que otros equipos con problemas en sus ciudades, andan pidiendo informes para emprender el vuelo a Nuevo Laredo.
Lo cierto es que el futuro de los Pericos es incierto, pero de que Benavides no está nada contento con la repuesta de la afición, es un secreto a voces.
Es más, desde el año pasado habló de la posibilidad de llevarse al equipo, por lo que no se descarta que después de cumplir su tercera campaña en Puebla y la número 18, la más larga, en esta era de la franquicia verde, la angelópolis vuelva a quedarse sin beisbol.