Friday, 19 de April de 2024

¿Es la infidelidad natural?

Por Betzabé Vancini / /

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Los delfines, los monos capuchinos y los seres humanos son los únicos animales que tienen sexo por placer, el resto está confinado a la reproducción instintiva pero, ¿eso nos hace “naturalmente” infieles? Déjenme aclarar algo, queridos lectores, no les hablaré desde ninguna postura moral al respecto.

Lo expuesto aquí es meramente psicológico.

Para ahondar un poco más en temas de atracción sexual, ésta se debe particularmente a dos factores: la producción de testosterona, que es la que nos hace desear a otros y, la producción de feromonas que es la que nos hace deseables sexualmente. Ambas se producen y se desprenden de la piel y por esta razón, entre mayor contacto físico tengamos, mayor probabilidad de ser más atractivos pues desprendemos las feromonas por la fricción o el sudor.

Sí, también es la razón por la que la gente se siente más confiada al ligar en lugares como el gimnasio –ew-. Según estudios de Oxford, podemos sentir atracción sexual por un promedio de 140 personas al año, es decir, una persona diferente –si el entorno lo permite- más o menos cada tres días. Sé lo que estás pensando: mayor riesgo de infidelidad pero no. Permíteme explicarte: 

El ser humano se define como un ser bio-psico-social, es decir, multidimensional. La parte biológica es esa que genera la atracción, las hormonas y el deseo sexual que podría alegarse irrefrenable. No obstante, la parte social nos hace estar sujetos a normas de convivencia establecidas de manera explícita o tácita. Por ejemplo:

Norma explícita: la poligamia es un delito

Acuerdo social tácito: si ya tienes una novia, no puedes tener otra simultáneamente. 

Y sí, la parte social afecta a todos aquellos que se preocupan por el “qué dirán”, pero, hay una parte aún más importante que estas convenciones sociales que pueden parecernos retrógradas, aburridas o incluso fácilmente reformables.

Es la parte psicológica la que importa. Si bien no decidimos respirar las feromonas de alguien que nos parece atractivo, sí decidimos dar o no, un primer paso para acercarnos a esa persona. La parte psicológica es la que nos hace sentir amor, compromiso, empatía y apego hacia nuestra pareja y en este caso, tomar en cuenta una serie de factores –como la lealtad- antes de serle infiel a esa persona. La fidelidad no se basa en esa vaga idea de “no hagas lo que no quieres que te hagan” sino en el nivel de compromiso que tengas para no dañar a la persona que tú, en tu libertad, elegiste como pareja. Eso de “no dañar” podría hacerse muy subjetivo si nos ponemos cínicos, pero a grandes rasgos quiere decir: no hacer sufrir a una persona a la que le prometiste no lastimarla, no pagar mal a quien bien te quiere o mejor terminar la relación antes de mentir y engañar a alguien.

Finalmente, desde la perspectiva psicológica y en mi experiencia como psicoterapeuta de parejas, estar con alguien es una elección que se hace todos los días, así que cada vez que se cruza en tu camino alguien que te atrae y con quien podrías “caer en tentación” es nuevamente una cuestión de decisión. Te recomiendo ampliamente detenerte un momento a pensar al momento de elegir pareja, al momento de terminar con él/ella y por supuesto, en el momento previo de engañar. Finalmente, nadie se merece la traición, pero más allá de eso, no puedes culpar a nadie de lo que tú eliges en libertad.

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