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El autoestima detrás de los 'likes'

Por Betzabé Vancini / /

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Vivimos en pleno auge del internet. La red está siempre con nosotros: en casa, en el teléfono, en el trabajo, en la televisión. No nos desconectamos ni un segundo y el mundo -literalmente- puede conocernos a través de internet. Esto nos da la oportunidad de catapultarnos a la fama como nunca antes. Ahora no es necesario hacer una carrera profesional para ser celebridad, basta con saber qué publicar, en qué red y en qué momento y entonces seremos estrellas.

Vivimos rodeados de twit-stars, insta-stars, y perfiles de Facebook con miles de seguidores. Ellos están en la cima y abajo hay todo un cúmulo de gente tratando de hacer lo mismo: buscando 'likes' como si de eso dependiera su vida. La gente ya no tiene amigos o contactos, tiene seguidores. Desconocidos que cuentan sólo como número y no como personas.

¿Por qué hay tanta hambre de 'likes'? ¿De qué se trata eso de buscar seguidores? ¿Qué hay detrás de la búsqueda de fama en internet?

Hace un par de años la APA -American Psychiatric Association- acuñó el término de "Síndrome del Rockstar" para referirse a la necesidad de atención y fama que tienen algunas personas en redes sociales. Detrás de esta búsqueda de 'likes' está siempre un autoestima endeble regulada de manera externa. Es decir, nuestra autoestima debe regularse desde dentro, desde nuestra propia conocimiento y valoración de nosotros mismos independientemente de las situaciones externas y de la opinión de los demás. Cuando el autoestima es frágil o en algunos trastornos como el Trastorno Narcisista de la Personalidad (TNP - DSM IV) la persona busca que "le suban" el autoestima, a través de opiniones, cumplidos, halagos o 'likes'. Es la búsqueda de aceptación, de validación a la apariencia física, gustos o estilo de vida.

En esta era digital, las opiniones y los sentimientos no son tan importantes como juntar un número determinado de "me gusta" o como tener 'followers' que validen lo que "eres". Y lo pongo entre comillas pues no se trata de realmente SER sino de aparentar ser en la red. Hemos dejado de cultivar una personalidad para diseñar un perfil en redes para recibir la aceptación de desconocidos, en vez de construir relaciones interpersonales sanas. Los sentimientos son estados de Facebook, los momentos son fotos en Instagram, y los amigos son "seguidores".

La misma sociedad digital descalifica esta forma de buscar atención pese a que prácticamente todos sus miembros lo hacen. Quienes lo logran son STARS, quienes no lo logran son "Attention Whores" -prostitut@s por atención-.

Quizá la solución esté en construir una autoestima saludable, regulada desde dentro y no por factores externos. No obstante, también vendría muy bien recordar que en la vida de toda persona hay tres esferas: la pública, la privada y la íntima. No cruzar los límites entre una y otra es la mejor manera de mantener claras las prioridades.

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