Thursday, 18 de April de 2024

Qué perra mi amiga Lady Uber

Por E. Sarah Goza / /

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Todos las hemos visto paseando por los eventos más exclusivos del PRI, en los centros comerciales o algunos de los mejores restaurantes de Puebla. A la gente que consideran que es de su “clase” la tratan bien, a los que ven morenitos, chaparritos y no muy bien vestidos, los miran de arriba abajo.

Ya saben lo que dicen “De tal palo, tal astilla” y si hay algo que caracteriza a Vanessa Barahona, delegada del Trabajo y Previsión Social, desde que llegó al servicio público son las acusaciones de malos tratos y que como a la Carmelita Salinas, le gusta estar pegada a la botella.

Guauuu, guauuuuuu, guauuuuu.

Bueno, al menos eso es lo que dicen los que la conocen, la han sufrido y han trabajado con ella.

Y la hija cuyo nombre es Ximena, resultó ser una versión corregida y aumentada de la Barahona, con decirles que un día nos encontramos en un restaurante muy finolis en la zona de Angelópolis y me pisó mi patita de Pug. Obvio no me dejé y ¡Zas! que le lanzo una mordida.

Guauuuu, guauuuuu, guauuuuuu.

Ahora, saltó a la fama en las redes sociales ¡Gracias a mi Dios perruno! convirtiéndose en una #Lady. Sí la #LadyUber de Puebla. He disfrutado tanto esta semana leer los comentarios que le han puesto y la exhibida que le han dado. Si yo fuera ella, me cambiaría de ciudad, de nombre y de cara o me la pasaría con la cabeza en la tierra como los avestruces.

La Xime Barahona fue evidenciada como una borracha, motelera y prepotente. A esta “Mireyna” le salió el tiro por la culata —siempre quise usar esa frase— y es que acusó a un chofer de Uber de haberla asaltado, robarle su bolsa y su celular, y hasta de haberla golpeado para obligarla a darle sus pertenencias.

Sólo insiste en que el chofer la asaltó, le robó el bolso y el celular.

Guauuuu, guauuuuu, guauuuuuuuuu.

Y el señor del Uber no dudó en relatar “su velda”. Dijo que la flamante Xime Barahona estaba borracha al momento de solicitar el servicio y subirse al taxi ejecutivo, la acompañaba un hombre “tatuado” y le pidieron que los llevar al motel “La Vista”.

En una de sus tantas versiones, la Xime se llevó entre las patas a su amigo el “tatuado”, pues dijo que sí iban a un motel, pero sólo a platicar porque él es gai.

¡Zas culey! Con esas amigas para qué quiero enemigas. Qué quemadota le dio la muchacha a su amigo y todo nada más para salvar su pellejo, su honor y reputación. Aunque de nada le ha servido, pues su nombre quedará grabado en la historia como la hija de la funcionaria federal que fue asaltada por borracha o como una mentirosa.

Guauuuu, guauuuuu, guauuuuuuuu.

Brinco de la felicidad.

Cualquiera de las dos versiones ¡Está cañona!

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