Las instituciones en el contexto actual se deben a diversos fines los cuales cada vez son más demandantes y dinámicos, bajo esta apreciación el tiempo de vida de procesos, estructura, fines y cultura dentro de la organización debe estar en constante evaluación para generar los indicadores pertinentes que apoyen su operación.
En este sentido, la parte que corresponde a la evaluación es primordial, garantiza y proyecta el grado de cumplimiento de los objetivos de la institución; de la misma manera organiza la intervención para el diseño e implementación de modelos que incrementen la capacidad de visualizar el funcionamiento al interior y los resultados de los procesos que derivan de productos o servicios.
Una vez analizada la importancia del proceso de evaluación, es imprescindible generar estrategias originadas por esta información, para ello se hace necesario un por qué y un para qué, la respuesta puede encontrarse en la conceptualización del dinamismo de una institución; los elementos que componen la organización deben estar en constante actualización. Parte esencial del periodo de actividad funcional de una organización es la vigencia y la funcionalidad derivada de procesos alineados a las necesidades contemporáneas de pertinencia, cualidad de conectar propuestas concretas y relacionarla con la actividad institucional en este caso.
En referencia a este tema, actualmente en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla se vive un proceso de reingeniería, lo anterior derivado de las necesidades de una nueva etapa en la administración central, la búsqueda de universitarios con perfiles adecuados, funcionales y de imagen más accesible ya está en marcha, esta tarea tiene por objetivo colaborar a consolidar los aspectos funcionales que están directamente ligados con una renovada cultura de calidad en la Benemérita.
Dicha actividad surge de la necesidad de sistematizar, organizar y orientar los trabajos al interior de la institución, para generar productos y servicios bajo estándares y parámetros de más amplio espectro funcional, alineados a las propuestas actualizadas de esta nueva fase de la era Esparza Ortiz.
Uno de los movimientos más sonados fue el de René Valdiviezo, quien fungía como Secretario General en la Institución; se puede apreciar una tendencia a reestructurar la BUAP desde los cimientos, este cambio obedece a dinamizar la figura del Secretario General la cual por momentos parecía funcionar en una dirección opuesta a la tendencia sensible, amigable y conciliadora de la actual universidad, esta afirmación quedó plasmada en sus últimas palabras como funcionario en las cuales en un acto contrario al protocolo mencionó al Dr. Jaime Vázquez como nuevo secretario general, rebasando la línea del agradecimiento y la prudencia que debe caracterizar a los universitarios, dicha mención debe provenir formalmente del Rector y no de un acto imprudente, desleal y fuera de lugar.
Con la reingeniería al interior de la BUAP lo que se propone es replantear las actividades, procesos, productos y servicios para todos aquellos que viven la experiencia BUAP; lo anterior enfocado a establecer nuevos y más altos estándares de funcionamiento e imagen de la institución.
La creatividad y funcionalidad se manifiestan como un binomio indispensable para esta etapa de rediseño. Las estrategias para mantener vigentes las actividades sustanciales de la institución se encuentran en marcha, los cambios en proceso y la vida de la universidad evolucionando.