Como diría mi adorada Selene Ríos “Ay Diosito Santo, ahora sí se acabará el mundo”.
Y si estuviera aquí, no daría cuenta de lo que estamos viendo, estaría con el ojo cuadrado, bien pelado y seguro riendo a carcajadas.
No cabe duda, que del odio al amor hay un paso o tal vez un cargo, una negociación que represente una jugosa cantidad de dinero, porque hoy en día los políticos ya no hacen nada de a gratis y menos por amor al arte o al prójimo.
Sino pregúntenle a Mario Marín y mi muy querido amigo Enrique Doger Guerrero que por años fueron acérrimos enemigos, cada que podían se daban hasta con la cubeta y mientras uno le cerraba la llave de los recursos, el otro se encargaba de desprestigiarlo más de lo que ya estaba en los medios de comunicación.
Durante los años de su cruenta guerra, Mario Marín se encargó de que muchos poblanos odiaran a Doger y Doger hizo que muchos odiáramos a Marín.
Sí, fui del #TeamDoger pues consideraba que el gober precioso era la imagen viva de la corrupción, la misoginia, el machismo y todo lo malo de esta sociedad.
Pero así como estoy yo, seguramente están todos los poblanos que fueron testigos de la guerra de los dos políticos, pues tanto se vomitaron, se descalificaron, se hicieron tretas y marrullerías, se declararon la guerra y gritaron su odio mutuo a los cuatro vientos, que pensamos que en algún momento lucharían en lodo, en aceite o desgarrarían las medias.
Bendito Dios no fue así.
Pero ahora estamos perplejos, pues no sabemos dónde quedó tanto odio. De la noche a la mañana o de un sexenio a otro, Doger y Marín empezaron a derramar miel el uno por el otro, ahora corren por los campos floridos del estado de Puebla y se llenan de halagos el uno al otro, se ven como la última coca del desierto, o lo más maravilloso que les haya pasado.
Marín promociona a Doger en el interior del estado para la gubernatura y el ex alcalde de Puebla le responde con palabras bonitas y harto amor todas esas deferencias hacia su persona. El odio quedó atrás y las razones sólo las saben los más cercanos a los dos.
Tanto es el nuevo amor que Marín siente por Doger que hasta nombró a su ex secretario Particular y líder de la CNOP en la capital, Ramón Fernández
Solana como coordinador de su campaña en la ciudad de Puebla.
Sí, desde agosto el ex gobernador de Puebla decidió mover su estructura a favor de Doger Guerrero y poco a poco, los marinistas empezarán a movilizarse a favor del actual delegado del IMSS porque ahora sí es su gallo, delfín o alfil para la gubernatura.
Sólo me queda una duda ¿Cuánto cuesta el amor de Mario Marín? Porque incondicional no creo que sea?