Los integrantes del Consejo Estatal de MORENA sí que son un hueso duro de roer y lo han demostrado en sus últimas sesiones, donde bloquearon por todos lados a los bienaventurados que desembarcaron de otros partidos políticos para buscar un huesito en el partido de López Obrador.
Mis muy queridos amigos José Juan Espinosa de Movimiento Ciudadano; Alejandro Armenta Mier del PRI; Fernando Manzanilla exiliado del morenovallismo y Miguel Barbosa Huerta del PRD, creyeron ilusamente que desembarcarían en MORENA y pasarían por las armas de los morenistas como si se tratara de un picnic.
Pero se equivocaron y toparon con pared, pensaron que en MORENA podían hacer las mismas prácticas que en sus anteriores partidos: hablarle bonito a los militantes, hacerles guiños, susurrarles al oído, bajarles la luna y las estrellas, prometerles las perlas de la virgen a cambio de su voto y su lealtad, pero fueron ignorados rotundamente. Ahora sí que aprendieron bien la frase de López Obrador “acepten el fríjol con gorgojo pero no vendan su voto”, o algo así.
Estos amigos estaban seguros que hablándole bonito a los consejeros conseguirían los votos necesarios para ser el coordinador estatal de organización de MORENA y subsecuentemente el candidato a la gubernatura, pero cometieron un grave error, pues los morenistas no se dejaron seducir ante los encantos de estos amigos que saben cómo coquetear y convencer.
Bendito Dios los consejeros de MORENA no se doblegan ante los encantos de cualquiera, y demostraron tener conocimiento sobre la política local, pues desde el principio acordaron cerrarle el paso a cualquier político “tradicional” que se afiliara a su partido para postularse por un cargo de elección popular, argumentando que ni tienen trabajo en las bases, que ya que en sus partidos no les dieron nada ahora buscaban un espacio en MORENA y que terminarían secuestrando y haciendo grupos de poder como en otros institutos.
Los consejeros están dispuestos a pelear sus espacios con uñas y dientes, no quieren dejar ningún espacio para alguien que sea ajeno a su partido, sobre todo a aquellos políticos que durante años militaron en otros partidos, que realizaron prácticas indebidas o estuvieron al servicio del poder, olvidándose de los intereses del pueblo, y del bienestar de los que menos tienen.
Con todos estos argumentos, los consejeros estatales le bloquearon el paso a Manzanilla, Barbosa, Armenta y José Juan, quien claudicó del partido luego de que no consiguió ni un solo voto para la coordinación estatal de organización que es la antesala para la gubernatura, ni para la senaduría ni nada. Así fue como demostró su “amor incondicional” a MORENA.
En tanto, Barbosa y Manzanilla optaron por bajarse de cualquier proceso interno y confiar en el “dedo santo” y la buena voluntad de López Obrador, pues se dieron cuenta que sería imposible cooptar a los consejeros de MORENA y comprarles un pedacito de su corazón, mientras que Armenta sigue haciendo su lucha.
Además, los consejeros tienen detectados a todos los infiltrados de otros partidos políticos o a la gente que quieren meter estos políticos a su nuevo partido, por lo que también los bloquearán y han dicho de manera tajante que no les darán oportunidad ni espacios y tendrán que ir a tocar otras puertas.
El operador de estos políticos al interior de ese partido político es nada más y nada menos que Fernando Jara, representante de MORENA ante el IEE.
De acuerdo con los consejeros, él es quien les acercó a Manzanilla principalmente, pero como ahora ya lo tienen bien identificado cualquier cosa que Jara diga, haga o piense, será usado en su contra, pues lo empiezan a ver como un traidor.
Así las cosas en MORENA, cada vez se ponen más buenas y yo voy por mis palomitas para seguir de espectador.