Creo que todos tenemos miedo a algo, en particular le tengo miedo a muchas cosas verdaderamente RIDÍCULAS (soy una gallina) y otras no tanto.
Quizá el miedo más ridículo que tenga es a la muerte, y tal vez no la mía pero si la de personas que realmente AMO. Y digo ridículo porque finalmente es nuestro destino.
Pero a lo que si temo es a FALLAR COMO MADRE y seguramente muchas de ustedes también, cada que finaliza el día pienso ¡Chin! ¡No debí haberles hablado así! ¡Quizá pudimos hacer la tarea mejor! ¡Algo me dijo y por estar de un lado a otro no le puse atención!
Tengo un preadolescente y un niño que está saliendo de la edad de los berrinches, ambos reclaman mi atención y les juro que trato de dividir mi tiempo para ambos, de modo que sea el mismo para cada quien, y aun así, siento que les termino debiendo a ambos
No quiero que vivan mis sueños o que vivan lo que yo no pude hacer ¡JAMÁS! pero lo que sí quiero es que sean mejores personas de lo que yo soy, que traten de no regarla como la he regado yo, que sepan decir no y que elijan con mucho cuidado a las personas de las que se rodean.
Quiero que cumplan sus sueños por ellos mismos, y sin pasar por encima de nadie, que sean honestos, solidarios ¡VAYA, BUENOS SERES HUMANOS! Y si a diario de alguna u otra manera les inculcamos buenos valores y ejemplos (no somos la familia perfecta) pero me da miedo MUCHO MIEDO, que con todo y eso, decidan lo contrario, o no tomen todo lo bueno y elijan un camino diferente.
No quiero que por pertenecer a algún “grupito” o seguir modas arruinen sus vidas o la de alguien más. Quiero que aprendan que la felicidad no es fácil, que cada cosa que deseen la obtengan por mérito propio y de manera honesta.
Quiero que guarden de mi recuerdos buenos y que cuando necesiten un consejo o un hombro donde llorar digan — ¡Voy con mamá!— A diario trato de que confíen en mí, y no, no quiero ser su mejor amiga (no es mi papel), pero me da miedo pensar que en algo pueda fallar y no sea así.
Podré haber fallado y fallaré en un sinfín de cosas, pero jamás me perdonaría fallarles a ellos y seguramente muchas de ustedes piensan lo mismo, y aunque damos nuestro mayor esfuerzo siempre terminamos creyendo que no es suficiente.
Y seguro así será hasta el último momento de nuestra vida.