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El caso de la México-Puebla y la orden de aprehensión que no salió a la luz

Por Edmundo Velázquez / /

Cuenta hasta diez

Advertencia: Antes de que se me pongan flamencos, hipersensibles o revolucionarios de sofá, tengo que decir que esta columna no tiene el ánimo de criminalizar a nadie.

Se trata únicamente de relatar los hechos tal cual ocurren y la información tal cual existe.

Vamos a hacer alusión a un hecho real.

Y lo digo porque hubo mucha polémica cuando CENTRAL y PÁGINA NEGRA informaron sobre el caso de la familia atacada en la autopista México-Puebla, el pasado martes  2 de mayo.

Publicamos que la Fiscalía General del Estado ubicaba si pudo tratarse de un ajuste de cuentas entre bandas dedicadas al robo de hidrocarburo.

Y en efecto. Compañeros, amigos y conocidos me preguntaron si el publicar esto no buscó criminalizar al padre de la familia quien, además de sufrir la violación de su esposa y su hija, sufrió el homicidio de su hijo menor. Un niño de dos años de edad de nombre Elías.

De entrada la respuesta fue la misma. El interés de publicar la versión fue meramente periodístico, porque sabemos cómo actúa la Fiscalía General del Estado.

Víctor Carrancá analizó esa posibilidad.

Y mientras más entrevistas dio a medios de comunicación nacionales, más matizó el señalamiento que tenía entre manos.

En el escritorio de las autoridades poblanas se encuentra la ficha de una orden de aprehensión en contra de Hilario Vázquez Pérez, papá de Elías.

El caso del ataque sexual y la muerte del bebé de la familia Vázquez en la autopista México-Puebla escandalizó a todo el país y puso en mira la falta de seguridad que existe tanto en territorio poblano como en una carretera de cuota que, según datos de Caminos y Puentes Federales, es la segunda más transitada del país.

El gobierno de Puebla tenía la urgencia de acallar el escándalo.

Y la orden de aprehensión, liberada en 2013, vigente hasta la fecha en el sistema Plataforma México, apareció en cuanto la Fiscalía tuvo al padre declarando sobre los hechos en los que murió su hijo, y su esposa y su otra hija fueron violentadas.

Al gobierno del Estado le brotó otro frente, igual de delicado, pero de proporciones nacionales.

El problema de seguridad nacional que representa el robo de hidrocarburo fue exhibido a nivel nacional por lo ocurrido en Palmarito Tochapan, donde murieron cuatro militares y seis pobladores.

La ficha de la orden de aprehensión en contra de Hilario Vázquez no salió a la luz. Pero existe. Y lo saben nuestros funcionarios.

Mientras el tema del ataque en la México-Puebla se enfrió en términos mediáticos, las autoridades estatales se avocaron a responder y defender como gatos boca arriba el desastroso panorama heredado por el ex gobernador, Rafael Moreno Valle Rosas.

(Sí, el ex gobernador que hoy quiere ser presidente de la Republica y que permitió entre sus colaboradores a un funcionario como Facundo Rosas Rosas en la Secretaría de Seguridad Pública.)

Me queda claro que hay que ser muy cuidadosos en el manejo de información cuando de una víctima se trata.

La pregunta es: Hilario Vázquez es víctima de un delito, pero, ¿qué delito presuntamente cometió?

Y ahora, ¿qué le va a achacar Fiscalía?

¿En verdad puso en riesgo a su familia por una salida al baño?

¿Servirá para la coartada de Carrancá y para mantener sus versiones que son dignas de un gimnasta mental?

¿Esa versión validará entonces la criminalización a Hilario Vázquez desde el gobierno del estado?

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