Ellas SIEMPRE tienen la culpa

No le extrañe, querido lector, que hoy o mañana aparezcan en los medios de comunicación las conjeturasy filtraciones de la Fiscalía General del Estado sobre el caso Mara Castilla.

Y no precisamente para dar explicación de dónde está la estudiante de 19 años de edad que desapareció la madrugada del 8 de septiembre pasado después de dejar a sus amigos cuando salió del bar The Bronx en San Andrés Cholula.

Ahora las “hipótesis” que seguramente verá, escuchará o leerá en algunos medios de comunicación, van a apuntar no a qué deben de estar haciendo las autoridades para encontrarla, si no a la reputación de la chica.

No le extrañe, querido lector, que el ojo del prejuicio le gane a los periodistas para acusar de borracha, de casquivana o de libertina a la chica desaparecida.

No le extrañe, querido lector, que los voceros del procurador Víctor Carrancá Bourget prefieran evadir los cuestionamientos a su trabajo y terminen sembrando la duda sobre la honorabilidad de una joven de 19 años que no está aquí para defenderse. Y a quien sus amigos, familiares, compañeros y profesores buscan desesperadamente.

No le extrañe, querido lector, que mañana o pasado mañana, las autoridades que deben de investigar el paradero de Mara Castillo estén más preocupadas en ubicar cómo desviar la atención ya que se encuentran en un impasse en sus pesquisas.

Porque para nuestras autoridades pareciera que ellas SIEMPRE tienen la culpa.

No los agentes investigadores, no los funcionarios que son titulares de equipos completos de trabajo que deberían estar buscando en cielo, mar y tierra no solamente a Mara Castilla, si no a todas las mujeres, hombres y niños reportadas como desparecidos en Puebla.

Las investigaciones, quién sabe por qué, siempre resultan en casos de vil sensacionalismo para nosotros los medios de comunicación o de respuestas fáciles entre los guiones que se redactan en el Ministerio Público, para cuadrar los casos y alejar del escándalo a las pobrecitas autoridades.

Más de 80 casos de feminicidios se tienen registrados en lo que va del 2017 el Observatorio Sexual y Reproductivo (Odesyr) en Puebla. De esos quisiera saber cuántos tiene aclarados en la Fiscalía General del Estado.

No vamos lejos. Casos nos sobran para pensar mal. Tienen nombre y apellido.

Tan solo la familia de Paulina Camargo sigue esperando a su hija, viva, sana y salva. Y mientras tanto la Fiscalía tiene desde hace dos años a un muchacho detenido, Chema Sosa, sin que hasta el momento compruebe su culpabilidad.

¿Y la Fiscalía? Bien gracias. Los agentes del ministerio público, los fiscales, ni el titular de la dependencia, lloran todos los días a una hija desaparecida y mucho menos se tocan el corazón cuando saben que toda una familia se desmorona por tener a uno de sus hijos en prisión.

¿El Fiscal Carrancá soportará hasta el año 2022 con la poca credibilidad que tiene ante su falta de efectividad?

¿Carrancá podrá con el paquete sin que se le acumulen más y más casos sin resolver hasta el 2022?

Faltan aún más de cuatro años para que acabe con su encomienda en la Fiscalía. ¿Puede con el paquete completo Carrancá?

Total, ya se demostró que ningún Fiscal es inamovible. 

Raúl Cervantes, “El Fiscal Carnal”, resultó ser el mejor ejemplo.

Y estamos hablando de la próxima Fiscalía General de la República que arranca funciones en 2018.

Con mayor razón, el Fiscal fallido de un estado debe ser mil veces más sencillo de extirpar.

Ayer en Juego de Troles, los espectadores del programa comentaban que cómo iba a dar la Fiscalía con el paradero de una joven desaparecida si no podían resolver un robo de OXXO o el robo de un vehículo.

Y ante una investigación fallida, de parte de un Fiscal fallido, no dude, querido lector que los ciudadanos tengamos también la culpa de que no avancen las investigaciones de nuestros casos.

No dude, querido lector, que también de las desapariciones, de los casos de trata de personas, de los feminicidios, para nuestra fallida Fiscalía, las víctimas tienen la culpa.

Para nuestras autoridades ellas SIEMPRE tienen la culpa.

Para los medios ellas SIEMPRE tienen la culpa. 

Para un país de machos ellas SIEMPRE tiene la culpa.