Thursday, 18 de April de 2024

A quién le conviene que callen los Larios

Por Edmundo Velázquez / /

CUENTA HASTA DIEZ

Algunos personajes ligados al sistema de justicia en Puebla están moviendo todos los hilos necesarios para impedir que Miguel Ángel Serafín Larios,  director del Grupo Antisecuestro en tiempos de Manuel Bartlett, regrese a estas tierras.

Él y sus dos hermanos ganaron ya varios amparos que exigen al Poder Judicial poblano  revocar la sentencia de 50 años de prisión por el delito de secuestro, reponer el juicio y trasladarlos, mientras tanto, al penal de San Miguel en Puebla.

Desde el jueves pasado, el juez tercero de lo penal, Francisco Javier Martínez Castillo agotó ya los días que el Poder Judicial Federal le impuso para resolver sobre el caso de los Larios.

 El juez en teoría debería de generar un nuevo proceso contra los tres hermanos acusados por la autoría de varios secuestros (los cuales ellos mismos confesaron mientras se encontraban secuestrados y bajo tortura), además de trasladarlos a Puebla desde las prisiones en las que se encuentran, fuera del estado.

Ver: Los Larios: 20 años de prisión y 8 distintos penales después ordenan que se revoque su sentencia por secuestro

¿Pero a quién le conviene que los Larios y otros detenidos por el mismo proceso no salgan en libertad y se pudran en la cárcel?

Fácil. El principal interesado despacha en la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP) como director del  Departamento de Derecho, y se llama Carlos Alberto Julián y Nácer.

El procurador en tiempos de Manuel Bartlett, y secretario de Gobernación en el periodo de Melquiades Morales Flores, se ganó otro sexenio de protección con su tempranísima inclusión al equipo de Rafael Moreno Valle Rosas, dejando el caso dormido en  el sueño de los justos.

Ahora la justicia federal está arreglando el camino y corrigiendo los detalles de la historia que Julián y Nácer vendió muy bien  a finales de los 90’s.

En ese entonces, el actual directivo de la UDLAP trasladó a Larios y los otros detenidos en un convoy digno de narcotraficantes, cuando el tema de moda era el ataque a la boyante industria del secuestro.

Con el espectáculo no quedaba duda de que los hermanos Larios eran los malos de la historia.

No conforme con eso, los mandó a más de ocho penales distintos, hecho que en los últimos 18 años han agotado a las familias de los tres hermanos.

No así a su defensa, que ha conseguido avances impensables.

Sin embargo,  a pesar de los últimos movimientos legales, el Juzgado Tercero de lo Penal no revoca la sentencia ni trae a los tres hermanos a suelo poblano para que acá siga su defensa.

Entonces, ¿por qué tanta saña?

¿Qué es lo que sabe Miguel Ángel Serafín Larios de Carlos Alberto Julián y Nácer?

Esperemos que, próximamente, el propio Larios cuente la historia.

Y no tendrá pierde.

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