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Rafa, de mal en pior

Por Zeus Munive / /

Zeus ident

Moreno Valle está entrando al Callejón de la Soledad.

Ese que es peor que el Callejón de los Chingadazos.

Porque en el Callejón de los Chingadazos por lo menos te hacen caso. No sé quién lo dijo, pero lo dijo con mucha razón:

“No hay cosa peor que la muerte, que el olvido”.

Están entrando a esa zona de no retorno que ya mandó a editar un libro autobiográfico en donde nos enteramos desde el momento en que le salió su primer barro “de agua” hasta su colección de discos de Flans y Pandora.

El ex gobernador está tan en el olvido que a nivel nacional las dirigencias ni lo fuman.

Ni lo ven, ni lo oyen.

En cambio, su archienemigo, Eduardo Rivera, ya lo están promoviendo para ser el candidato al gobierno del estado y obligando a Martha Erika a negociar por la alcaldía como adelantó la directora de este portal informativo, Viridiana Lozano.

Esas son malas señales para alguien que durante seis años abusó de su soberbia, del poder y hasta de la oposición.

Moreno Valle ya no tiene quién le escriba.

Quizá algún jilguerillo por ahí.

¿Quién se acuerda de él?

¿Quién lo recuerda como un gran gobernador?

Ya ni los empleados de la actual administración.

“¿Moreno qué?”, decían en la Ciudad de México en un sondeo de Reforma el año pasado.

Ahora, ahí cerquita de Los Fuertes algunos se preguntan: ¿Moreno, who? ¿Moreno quién? ¿More qué? ¿Morena?

¡Ah, a esa sí la conozco!

Qué pensara Moreno Valle ahora que uno de los hombres más perseguidos de su administración otra vez esté en los reflectores y a quien quiso hundir con su cuenta pública no le ha podido hacer nada, hasta ahora.

Qué pasaría y qué escenario se daría si Eduardo Rivera la brincara.

A Moreno Valle solo le queda agazaparse en el PAN Estatal y el arrastrado de Pablo Rodríguez Regordosa, que, como todos sabemos, este no es su sexenio.

La última intentona de correr a 73 panistas en este momento no es una buena estrategia.

Tampoco le pidan peras al olmo.

Se trata de Jesús Giles, el ex empleado de Eukid Castañón, quien provocó que nos enteráramos de la traición de Moreno Valle hacia el PAN.

No es un buen momento para que corran a 73 panistas.

El poder de Moreno Valle se está aminorando.

Los diputados locales le aprobaron su última cuenta pública, pero en la Federación aún hay observaciones.

Los morenovallistas, o lo que queda de ellos, no han entendido que corren vientos de cambio y estilos distintos de gobernar.

Preguntaría: ¿Les gustaría a muchos retornar, ahora con Martha Erika, a esos abusos de poder y autoritarismo?

Como diría el campeón del periodismo blanco: Es pregunta, que conste.

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